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"La solución es lo que hacéis", dice Tomás Díaz sobre la sextaferia contra el plumero

El catedrático de Botánica, de visita en La Fresneda, invitó a otras localidades a seguir - el ejemplo de los vecinos de la urbanización

Tomás Díaz habla sobre el plumero en una finca en La Fresneda. MANUEL NOVAL MORO

Tomás Emilio Díaz, catedrático de Botánica de la Universidad de Oviedo, visitó ayer La Fresneda para hablarles a los vecinos del problema de la invasión masiva del plumero de la Pampa, y no dudó en señalar que la fórmula elegida por los vecinos de la urbanización es hoy en día la más viable y razonable. "La solución es lo vuestro, lo que hacéis", dijo.

Según el catedrático, el problema del plumero surgió cuando, en la segunda mitad del siglo pasado, se tomó una decisión errónea: plantar los taludes de las autovías con esta especie, cuya condición invasora no se conocía por entonces.

De haberse sabido el impacto que iba a producir, no se habrían fomentado o, al menos, se hubieran tratado de atajar a tiempo. El caso es que los plumeros se extendieron cada vez más y con el tiempo su eliminación se ha convertido casi en un imposible porque requiere presupuestos altísimos.

El problema de la planta reside en que, si no se controla adecuadamente tras su eliminación en una zona, es muy fácil que vuelva a prosperar. Y se han dado muchos intentos de acabar con la planta en terrenos que, al dejar el trabajo a la mitad porque se había acabado el presupuesto, el daño ha sido incluso mayor porque han contribuido a extenderla.

La pasada década hubo varios intentos de control, pero no se llevaron a buen término por falta de financiación y, actualmente, la cantidad de plumeros ha crecido exponencialmente, por lo que, antes de poder acometer la eliminación de la planta, se ha de hacer necesariamente un control.

Y hoy en día, para esa labor de control, harían un trabajo eficaz los voluntarios en las distintas localidades. Primero, al informar de la aparición de las plantas y, después, al tratar de atajar su proliferación en cada territorio.

"Si cada pueblo hiciera sextaferias como las que se hacen aquí, serían muy eficaces", señaló Tomás Emilio Díaz, quien subrayó que la proliferación de la planta supone un problema con muchos tentáculos: ambiental, social, económico y sanitario.

José María Rozada, uno de los principales promotores de la sextaferia, habló de "la necesidad de concienciar a la gente" para que siga los pasos del grupo de La Fresneda, ya que no se trata de una actividad inútil ni mucho menos. El caso es que cada vez se sume más gente de otras localidades a la iniciativa.

Tomás Emilio Díaz subrayó que este movimiento, el de las sextaferias, "es el que puede servir", ahora que los recursos económicos son limitados y que la magnitud de la invasión hace casi imposible afrontarla en una acción única.

Pequeñas acciones extendidas por todo el territorio pueden ser la solución a un problema que es urgente atajar.

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