Un tremendo aguacero acompañó, ayer, la llegada de los restos mortales de Fermín Menéndez García, fundador del mítico restaurante Balbona de Pravia y uno de los referentes hosteleros de la comarca. El icónico cocinero falleció el martes en Avilés a los 81 años. Amigos, compañeros de profesión y clientes de toda la vida acompañaron a sus hijos, Fermín y David, en el funeral que acogió la Colegiata y donde dieron buena muestra del cariño que profesan a la familia del Balbona. Un tímido aplauso recibió el féretro.

"Estaba interno en el San Luis y por las noches a veces escapábamos a comer el chuletón de Fermín, tendría dieciséis años", comentó Álvaro Menéndez, hoy propietario de Casa Lula (Tineo). Y es que los chuletones y bonitos a la plancha de Fermín el del Balbona eran conocidos más allá del Bajo Nalón. La plancha del Balbona era un éxito asegurado. "Fermín era una institución en Pravia y en Asturias, venía gente de todos lados a su casa, era de lo mejorcito que había y, además, era una buena persona", estimó Marcelo Parrondo, hostelero praviano.

Además de ser un referente gastronómico, para el cocinero Pepe Ron, del restaurante Blanco de Cangas del Narcea, Fermín fue también un adelantado a su tiempo. "Fue de los primeros sitios con la cocina abierta que ahora es casi lo normal pero hace cuarenta años era tremendo", señaló Ron. También recordaban que, a buen seguro, fue uno de los primeros en tener un microondas. Y celebraron su innovación constante en la cocina.

Los compañeros de profesión también destacaron que Fermín "era un chigrero de los de antes, de los que tenían respeto por el gremio", comentó Elvira Fernández, del Llar de Viri (Candamo) y su carácter agradable y desenfadado. Pravia dijo adiós a un praviano de pro, icono de la cocina del concejo.