Los queseros asturianos aprovecharon ayer el mercado de Pola de Siero para reclamar más apoyo para la comercialización de sus productos. Son pequeñas empresas, en las que se ocupan de todo el proceso y les cuesta entrar en los canales de venta, sobre todo fuera de la región.

"La mayor demanda del sector es apoyo para poder exportar y vender fuera porque no somos capaces de hacerlo solos", reconoce Isaura Souza, presidenta de la Asociación de Queseros Asturianos. Considera importante "salir fuera" porque el mercado regional "es el que es" y, además, "aquí llegan quesos de fuera, pero nosotros no somos capaces de salir". "Necesitamos mucho apoyo porque nos cuesta más el porte de poner un queso en Madrid que el coste en sí del producto", apunta Souza. Cree que la solución pasa por crear "un tipo de comercializadora que posicione los productos gourmet" de distinto tipo, no sólo quesos.

Isaura Souza reconoce que los que están acogidos a la Denominación de Origen Protegida (DOP) tienen más tirón y ventas gracias a fuertes campañas publicitarias y a las que los productores artesanos no tienen capacidad para llegar. Son unos 40 los que forman parte de esta asociación y que elaboran más de 70 variedades de las 100 que hay en Asturias. Destaca que es una riqueza gastronómica y pide apoyo de los hoteleros y tiendas gourmet, además de que se valore la importante labor que desarrollan en la zona rural. La calidad es uno de los fuertes y a sus productores les toca innovar y mejorar para hacer frente a la competencia y hacerse hueco en el mercado.

Una de estas propuestas diferentes es el queso "Fusión de sidra" que elabora Esther Fernández Rodríguez, de La Espina (Salas). Explica que "no es bañado, va cuajado en sidra y le aporta sabor". Apunta que "gusta mucho", sobre todo, en zonas sidreras como Gijón, Villaviciosa, Siero y concejos del Oriente, pero también en Estados Unidos y Japón. Reconoce que a los queseros artesanos les "cuesta mucho entrar en la red comercial" porque hay demasiada competencia. Se queja de que estos productos "están poco valorados" y de los muchos requisitos que les exigen para exportar. Logran hacerlo a través de un consorcio empresarial.

El piloñés Alberto Valiente apuesta por novedades como el "gorgollo" relleno de avellanas y miel. Es de los pocos asturianos que se inspira en los quesos franceses con corteza florida, que van madurando desde la corteza al interior. "Hay mucho campo de venta para el queso artesano, lo difícil es entrar en el mercado", lamenta, por lo que pide "más apoyo". El de leche cruda de vaca de la raza británica Jersey de Yaiza Rimada, de La Saregana, es el que convenció al jurado. Recibió el premio al Mejor Queso Artesano en el mercado de ayer. Estaba encantada porque esta ganadera de Sariego, que empezó produciendo yogures y requesón, amplió el abanico a quesos hace sólo dos años. "Es un queso cremoso, con sabor fuerte para ser de vaca y lleva fermento de yogur", esgrimió, a la par que reconoce lo que "cuesta abrirse mercado" y destaca la importancia de "innovar y no bajar la calidad" del producto.