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Joven y cofrade, por el Santísimo Cristo

Los niños y adolescentes crecen en la cofradía de Grado y animan a otros a participar: "Es una experiencia emocionante", dicen

De pie, Daniel Granda González y Candela Hernández Fernández. Sentados, en segunda fila, David Álvarez González, Bernardo Álvarez González, Diego Rodríguez Hernández, Moisés Iglesias Martínez, Raquel Cosmea Menéndez y Alba Gabarri Fernández. En primera fila, Alicia y Eduardo Suárez López-Acevedo, y Nicolás Martínez Suárez. S. ARIAS

"Ser cofrade es una experiencia súper emocionante". Raquel Cosmea tiene 15 años y es una de las jóvenes de la cofradía del Santísimo Cristo de la Buena Muerte de Grado, que cada vez aglutina a más menores en el grupo desde su fundación, hace ocho años. La fe no pasa de largo en la villa moscona y todos esperan con ilusión la celebración de la Semana Santa, en la que ayudan en distintas labores mientras esperan la mayoría de edad para ser porteadores de las imágenes. "Tengo muchas ganas de llevar al Cristo", asegura Diego Rodríguez, de 16 años.

La mayoría lleva unos años como cofrade, "al lado y aprendiendo", señala Álvaro Valdés, miembro de la cofradía. Son monaguillos y también colaboran en las procesiones y actos de Pasión llevando el incensario, las bandejas y la cruz y los ciriales. Y, los más pequeños, llevan los estandartes de las estaciones del paso de las Siete Palabras, en Viernes Santo, en el que portan al titular de la cofradía. "Yo me animé porque tenía amigos y nos apeteció probar", destaca Moisés Iglesias, de 16 años.

A otros les viene de familia. Daniel Granda González y sus primos, David y Bernardo Álvarez González, son cofrades, casi, desde el bautismo. Y están encantados de compartir la experiencia cofrade, en la que participan activamente en todas las labores que se les requiere. Y ahí están, colaborando codo con codo con los mayores, para que la Semana Santa brille en Grado.

Y todo sin olvidar el sentido profundo de la Pasión. Es, precisamente, el motivo que ha llevado a Alba Gabarri Fernández, de 19 años, a dar el paso. Pasado mañana, Viernes de Dolores, jurará como cofrade en la iglesia de San Pedro, un momento que lleva ansiando un año: "Es una experiencia nueva que estoy segura de que me va a gustar, tengo motivación desde el catecismo y de ver las procesiones y, también, por mi profesora de Religión del colegio, Maite", señala.

El momento de jurar, con la bendición de la medalla y el besapiés del titular, la tiene algo nerviosa: "Se me respingan los pelos de pensarlo, es muy emocionante", celebra la joven, muy ilusionada con el paso que dará, en el que ahondará en su espiritualidad. Todos los jóvenes cofrades moscones animan a sus amigos y compañeros de clase a formar parte de la cofradía del Santísimo Cristo de la Buena Muerte "porque es una experiencia que jamás vas a olvidar y es un recuerdo emocionante, no hay que tener miedo porque estamos para pasarlo bien", asegura Cosmea.

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