La costumbre de la palma del Domingo de Ramos pierde fuelle. Así lo lamentan artesanas como Susana Barba, que ayer las vendía en el mercado de Pola de Siero. La semana previa es la de mayor demanda."La tradición sigue, pero va a menos cada año", reconoce. Añade que, si hace años gustaban las grandes y muy elaboradas, ahora tienen más demanda las pequeñas, pero, en general, bajó la venta.
Así que artesanas como Vanessa Granda son conscientes de que tienen que innovar con palmas de colores, detalles para colgar en el retrovisor del coche o las que hacen un guiño a los equipos de fútbol. Las que más triunfan son las del Sporting y del Oviedo, aunque depende de los lugares. Pero admite que "cada vez se venden menos".
Sin embargo, para María Victoria Toro, que lleva 57 años tejiendo palmas, "no se pierde la tradición, pero hay menos dinero y de esto se pasa", y eso que se pueden adquirir palmas a partir de dos euros.
Para quienes más se siguen comprando es para los niños. Mari Cruz Sánchez le llevó una a su nieta, de 5 años, y pedía que llevara un detalle rosa. Inés Cifuentes le compró a su hijo de 10, Adrián Vigón, una para el padrino y otra para la madrina.
