Padres primerizos en Pravia. El alumnado del Colegio San Luis se prepara a fondo para recibir el alumbramiento y cuidar los pollos de pita pinta asturiana que ayer comenzaron a incubar en el centro educativo con el apoyo de la asociación para la recuperación de la pita pinta asturiana (ARPA). Y como primerizos, hicieron todo tipo de preguntas sobre su crecimiento y vida, desde cuánto peso puede alcanzar un gallo a cómo se realiza el sexado de los pollos.
"Hoy los metimos en la incubadora y dentro de 21 días van a eclosionar los huevos y tendremos que cuidarlos", comentó Catalina Larrea Moreno. Los pequeños metieron los huevos en la incubadora, que recibe el apoyo de Caja Rural, y conocieron de la mano del presidente del colectivo, Emilio Martínez, cómo crece los polluelos y porqué la incubadora se mueve, una de las principales dudas de los chiquillos. "Si estuvieran con las gallinas, éstas moverían los huevos con las patas para evitar que se peguen a la cáscara y es lo que hace la incubadora, imita los movimientos", detalló.
Y los niños y niñas están muy ilusionados con el proyecto. "Hay que tener cuidado que no caigan los huevos ni dejar abierta la incubadora para que guarde el calor", indicó Nicolás Álvarez Blanco. "Vamos a cuidar de los pollitos lo mejor que podamos, limpiarlos y que estén cómodos", añadió Nicolás Rodríguez Alonso. Todos los alumnos cuidarán de las crías de pita pinta asturiana y, una vez que hayan crecido, serán sorteados.
Candidatos para su cuidado no faltan. "Tiene mi buelo pitas y un gallo y lo podemos cuidar", ofreció Itziar López. Una experiencia inolvidable para los pequeños de la que aprenderán, también, "a ser responsables con las mascotas", concluyó Luis Manuel González Díaz.
