El hogar del jubilado de Lugones celebró ayer su fiesta anual. Y lo hizo por todo lo alto, con un banquete para más de 600 personas, entre las cuales destacó una: Alejandro Rubio, de 95 años, el de mayor edad, que ayer fue homenajeado por sus amigos.

Natural de Villavicencio de los Caballeros, en Valladolid, Rubio pisó Asturias por primera vez a los 20 años, para hacer la mili. Tras el servicio militar, regresó a su localidad natal. Tras casarse y tener tres hijos, volvió a Asturias, donde se ganó la vida en empresas de montajes eléctricos.

Vivió en Oviedo y hace 23 años se trasladó a Lugones. "Estoy encantado aquí", destaca Rubio, que ayer asumió el protagonismo que le tocaba con la mejor de las sonrisas y una broma o chascarrillo para todo el que se le acercaba a felicitarle.

Asegura haber caído de pie en la localidad desde su llegada, donde afirma ser muy querido. "Me conoce todo el mundo", destacaba el homenajeado, que ayer estuvo acompañado por hijos, nietos y bisnietos.

Desveló también el secreto para llegar a los 95 en tan buena forma y con sentido del humor, una fórmula que aconseja a todo el mundo: "Hablar, conversar mucho y respetar a los demás".