Siero culmina el recrecido de las jaulas del mercado de ganado de la Pola

En total han sido 17 las jaulas y 12 los muelles de carga en los que se ha actuado. Esta intervención viene motivada por el cambio en el tipo de ganado. Cuando se abrió el recinto, en 1992, se comercializaban reses más pequeñas que actualmente. Lo que se pretende es que el ganado no pueda saltar. En total, las instalaciones tienen unas 300 jaulas y 24 zonas de carga.

También se han dado por culminadas las labores de acicalamiento del exterior y fachadas del edificio, lo que ha supuesto un desembolso de unos 7.000 euros. El resto, hasta llegar a 50.000 euros, ha sido invertido en la mejora de jaulas y muelles. Estas actuaciones han sido subvencionadas íntegramente por el gobierno regional.

El mercado de ganados de la Pola cerró 2018 con un incremento en su actividad, tanto en número de reses como en participación de operadores comerciales. Este repunte se achaca, en parte, a la reapertura del Matadero Central de Noreña, que genera una importante actividad en la zona central.

La mayoría de reses que se venden en la Pola acaban en cebaderos españoles, principalmente en Huesca y Lérida. Hasta hace poco, había una importante cuota de mercado que salía hacia países árabes y a Turquía. Esta puerta hacia Oriente se ha cerrado.

Ahora los ganaderos buscan nuevos mercados a los que llevar sus reses. Vuelven a mirar hacia el este pero, en este caso, más cerca, a Europa. Grecia puede ser un comprador potencial de carne asturiana.

De hecho, entre 2017 y 2018 unas 10.000 reses de la raza asturiana de los valles llegaron al país heleno. Eso sí, lo hicieron previa parada en Huesca, donde fueron cebadas, sacrificadas y despiezadas por un gran empresario local.

La raza autóctona es muy valorada por tener un rendimiento cárnico muy alto, de aproximadamente el 63 por ciento, y unos niveles de grasa muy bajos.