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La manta candasina, protegida y con futuro

El taller de elaboración de la prenda finalizó ayer celebrando su inclusión en el censo - de Patrimonio Inmaterial de Asturias

Las alumnas Ana María Fernández y Lucinda Medina, con la profesora, María José Fernández, ayer, en el taller de manta candasina en La Baragaña. S. ARIAS

Dando las últimas puntadas. Así estaba ayer el alumnado del taller de confección de la manta candasina que finaliza la decimonovena edición del curso con la buena noticia de la inclusión de la tradicional prenda de las mujeres conserveras en el censo de Patrimonio Cultural Inmaterial de Asturias. De hecho, hasta la última sesión se acercó la directora de Patrimonio, Otilia Requejo, quien preguntó a las mujeres sobre las peculiaridades de la manta candasina.

"La mayoría están hechas con hilo de sedón, pero hay gente que prefiere el perlé porque no resbala", señaló María José Fernández, profesora del taller, que este año se jubila y para quien el Ayuntamiento busca sustituta. "Hay que tener carácter, respeto y saber porque enseñar no es tan fácil", opinó una de las participantes, Lucinda Medina.

Las mujeres mostraron el trabajo a Requejo -acompañada por la alcaldesa, Amelia Fernández, y la edil Cecilia Tascón- y le detallaron cómo se empieza a crear una manta candasina: "Lo primero son cadenetas de siete ojales con los puntos básico, enanos y altos, y la aguja, cuanto más número tenga, más fino queda", precisó la profesora.

Una prenda que lleva unos veinte días de trabajo echando, al menos, cuatro horas al día. Y que, tradicionalmente, se usaba como prenda de trabajo de las mujeres conserveras, en color negro, así como en el día de Pascua y en la procesión del Cristo. A día de hoy, son muchas las mujeres que lucen la prenda en los días festivos como en las pasadas procesiones de la Virgen del Rosario y el Encuentro.

No obstante, se adapta a los tiempos y ahora se hacen a ganchillo manchas en otros colores y se usan también con un vaquero, detalló Medina. Además, cada una da su propio toque a la manta candasina en el entredós. "Es lo que suele variar de una pieza a otra", añadió la profesora.

El curso de manta candasina es uno de los más demandados por los vecinos, tal y como precisó la Alcaldesa, quien también comentó que pretenden organizar una muestra monográfica sobre la prenda con piezas antiguas y modernas.

La manta candasina es un símbolo para los vecinos y ahora está protegida. Una catalogación que se refrendó gracias al estudio encargado por el Ayuntamiento a la antropóloga Fe Santoveña y que demuestra el arraigo de la manta candasina "y cómo el municipio lo integró como una pieza identitaria", señaló la regidora.

La manta candasina aún tiene muchos puntos por dar.

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