La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El cambio de ubicación de las fiestas divide a los vecinos de La Fresneda

"Son solo dos días y la molestia es soportable", opinan unos residentes, mientras que otros creen que "es un alivio para los que viven ahí"

Una pala trabajando en la finca municipal donde se celebrará la fiesta. R. A. M. M.

El cambio de emplazamiento de las fiestas patronales de La Fresneda, desde el centro de la localidad a una finca municipal en la entrada, no convence a todos sus habitantes. Al menos, así lo refleja una encuesta realizada por LA NUEVA ESPAÑA en la localidad sierense sobre la nueva ubicación de los festejos del Corpus Christi, decidida por el Ayuntamiento de Siero a tenor de las protestas de los vecinos más cercanos a la celebración.

Por un lado, hay quien defiende que era mejor la ubicación anterior y que la molestia para los vecinos es "soportable". Por otra parte, están los vecinos que entienden que supone "aliviar los inconvenientes para los que viven en la zona".

Antonio Zafra, por ejemplo, asegura: "Este cambio lo veo positivo. Principalmente por el tema de la molestia a los vecinos. Creo que lo van a agradecer", expone el vecino, que opina que no supone una gran diferencia, a niveles festivos, que la celebración se traslade a la entrada de la localidad. "No está muy lejos, puedes ir a pie perfectamente", agrega.

Sin embargo, otros no ven tan positivo el cambio, como Rocío Menéndez. "A mí la Avenida Principal, lugar donde se hacía antes, me gustaba. Comprendo que lo que más problemas daba era el botellón. Lo dejaban todo sucio, se metían en los portales, había peleas", plantea. En ese sentido, Menéndez señala que "en el fondo me da igual. La fiesta la voy a seguir disfrutando, el sitio es lo de menos".

Y hay quien critica el cambio de ubicación, como Ramón Pérez y Pedro Morán. El primero de ellos asevera: "Prefiero el lugar donde se venía haciendo. Es más animado, porque está cerca de la plaza, donde hay mucha vida, y ahora la fiesta quedará más apartada".

Morán se pronuncia en la misma línea. "Son cuatro días de nada y al final hay derecho a fiesta. Luego se importan fiestas como en el caso de Halloween, que trae a los gamberros al pueblo, y nadie se queja de nada", lamenta este vecino.

A pesar de todo, tanto Pérez como Morán reconocen que irán a la fiesta, e incluso el segundo plantea buenas perspectivas: "Espero disfrutarla con más que normalidad", sentencia, sobre unos festejos a la vuelta de la esquina.

Compartir el artículo

stats