Tazones festejó ayer a San Miguel, su patrón, con una misa solemne y una procesión, en la que también participó la Virgen del Rosario. Es "la fiesta del encuentro", destaca Cristina Carneado tazonera de pro, en la que se celebraba la llegada de los marineros de la costera del bonito, que también traían el dinero para pasar el invierno, si la capturas se habían dado bien. Además, los pescadores no estaban en las fiestas del Carmen y San Roque.

Carneado defiende que habría que potenciar más este festejo porque "es una fiesta muy guapa y entrañable". Por lo que anima a recuperar una mayor presencia e implicación en ella de la cofradía de pescadores San Miguel del Mar de Tazones, pues de hecho es la celebración más identificativa de los marineros y también el patrono de la parroquia.

"El recuerdo que tengo era de una fiesta muy guapa porque era cuando se reunía las familias y en algunas casas sigue ocurriendo", explica Carneado. Además es la última la fiesta de Tazones en el calendario y anima a recuperar ese sentir de las familias y el espíritu de reunión.

"La misa de octubre a San Miguel y al Rosario es para dar gracias a Dios por haber venido sano y salvos", comentaban orgullosos los marineros de Tazones, que desde junio hasta últimos de septiembre se pasaban faenando en el Cantábrico. Llevaba el jergón (colchón) con hoja seca de panoya de maíz. El de ayer era el momento de reencuentro con familias.