Un nuevo ataque de avispa asiática ha dado un gran susto, esta vez en Villaviciosa. Ocurrió el domingo sobre las dos de la tarde en una finca de San Miguel de Arroes, cuando dos hermanos estaban desbrozando. Sin darse cuenta pisaron con el tractor un nido que estaba en el suelo, y unos 30 o 40 de estos insectos, calculan, se colaron en el interior del vehículo y les picaron. Tuvieron que ser trasladados por un vecino y atendidos en el hospital de Cabueñes, en Gijón, que por fortuna se ubica próximo, pues uno de ellos reaccionó peor porque es alérgico y de haber estado más lejos la situación hubiera sido comprometida. Pero ayer por la mañana ya recibieron el alta.

Pero este no es el único nido de velutina en la zona, ni en parroquias próximas como Quintes o Peón, donde cada semana avistan y han de retirar alguno nuevo. De hecho, los maderistas avisan de que ya los han empezado a detectar en los montes de eucalipto y trabajan con miedo.

Una vecina de San Miguel de Arroes explica que en el seto de su finca tienen uno, a una altura aproximada de medio metro del suelo, a pesar de que lo habitual es que los construyan en lo alto de los árboles. Denuncia que aunque denunciaron su existencia hace una semana, el nido sigue ahí. Pero lo que más critican es que no les hayan dado unas pautas de comportamiento mientras conviven con la avispa velutina al lado de su casa, ni tampoco una previsión de cuándo procederán a su retirada. Mientras tanto, no han probado ni las peras ni los higos de su finca y tienen hasta el perro guardado o no ventilan para evitar problemas con estos insectos invasores.

Aunque procuran no acercarse al nido, perciben que ha ido creciendo. "Tenemos toda la histeria del mundo", apunta la mujer, que espera con preocupación que retiren el nido descubierto por su vecino. De poco han servido las trampas con las que ha atrapado a varias de estas avispas asiáticas. "Son impresionantes, enormes, y muy peleonas. Se tiran hasta horas luchando para salir de la botella y van ideando distintas estrategias", explica. Indica que su nido se encuentra a unos 300 metros lineales de donde se produjo el ataque del domingo.