Los alimentos del Paraíso, con los sellos de Denominación de Origen Protegida, Indicación Geográfica Protegida y ecológicos, se despacharon a las mil maravillas ayer en el Mercadón de Otoño de Grado. Este mercado surgió como un refuerzo a los famosos y conocidos mercados de la localidad, a la par con el Mercadón de Primavera y con la idea de sacar a la venta los productos típicos otoñales.

Muchos de los participantes se estrenaron ayer por primera vez en Grado, como fue el caso de Ángela Tola Caso. Esta vendedora cuenta con una empresa on-line y probó suerte en Grado. ¿El resultado? Más que positivo. "Es la primera vez que venimos y estamos muy contentos. El mercado de Grado está fenomenal. Es un buen lugar de promoción. Tenemos una tienda on-line y venimos al mercado para hacer algo de promoción y que nos conozcan. Vamos a ver si nos hacemos también un hueco en el de los domingos", comenta.

Eva Martínez también registró buenas ventas. Su puesto, con productos de Taramundi, estuvo bastante concurrido la mañana de ayer. "Venimos a todos los mercadones porque es un buen punto de venta. Además, tenemos un puesto todos los domingos en el mercado de Grado", dice. Y es que la localidad puede presumir de contar con un mercado de calidad, tanto las jornadas dominicales como en ocasiones especiales como en el Mercadón de Otoño que ayer acogió el parque San Antonio.

La animación musical, a cargo de la Banda de Gaitas "Conceyu Grao", animó aún más las ventas. El grueso de los compradores del Mercadón buscan también conocer al dedillo las características de los productos antes de adquirirlos. Así lo explica Celia Vallina Blanco, de Argüelles (Siero): "Solemos venir a La Flor de Grao, pero nunca vinimos al Mercadón de Otoño. Es un buen punto de venta para los productos de la huerta. La gente, además, se interesa si es cosecha propia y la procedencia de los productos. Estoy muy contenta, para repetir".

Otra de las vendedoras que se estrenó en el Mercadón fue María Mozo Melón, de una empresa de productos ecológicos sita en una finca de Sariego, quien también se lleva una buena sensación de este mercado otoñal que, edición tras edición, se asienta en Grado como una cita ineludible para los que buscan productos asturianos de la mejor calidad.