Las recientes Jornadas culturales de Quirós sirvieron para ver la contienda fratricida desde distintos prismas y también para redescubrir protagonistas importantes en el comunismo de aquellas épocas convulsas, o a un capitán de marina masón. Figuras destacadas en aquellos años 30 y 40 del siglo XX.

Víctor García y Jacinto Suárez fueron dos significados miembros del Partido Comunista asturiano. Lucharon en la Revolución de Octubre de 1934, en la Guerra Civil y en la II Guerra Mundial. Se opusieron a dictadores en España, Francia, Portugal y Brasil.

Víctor García era apodado "El brasileño", pues siendo muy joven emigró a aquel país junto a su familia. Allí nació su conciencia política. En la ciudad de Santos ayudó a la creación del Partido Comunista Brasileño, partido ilegal bajo el mandato del dictador Getulio Vargas. Escapó de un atentado, fue apresado y torturado. Es expulsado del país en 1933. Llegó a tiempo de participar en la revolución obrera de 1934. Fue detenido y absuelto de las acusaciones del ataque a la cárcel Modelo y del robo del Banco de España en Oviedo, de donde se sustrajeron 14 millones de pesetas. Intervino en la Guerra Civil desde el principio como comisario de brigada en distintas unidades y en varios lugares como el País Vasco, Asturias o Cataluña, con la V Brigada Internacional.

El Partido Comunista le envía, probablemente en 1940, desde Francia a Portugal, donde reorganiza el partido, pasando después a operar en Galicia, logrando la unidad de acción de los grupos guerrilleros comunistas y estructurando el aparato político. La llegada de Carrillo a la dirección del PCE supuso su ocaso. Le intentan sustituir, pero Víctor García se niega a acatar dicha decisión, amparado por su elección mayoritaria por las bases. El partido le declara traidor y le expulsa. Desde entonces se enfrenta a las fuerzas de seguridad y a los sicarios del partido, huyendo diariamente, hasta que es sorprendido y asesinado por orden del PCE en un camino de Lalín (Pontevedra) en enero de 1948. Su hijo, Víctor, descubre su tumba en 2009. Desde entonces intenta lograr que el partido reconozca su culpa y agradezca a su progenitor su gran labor. Sigue en el empeño.

Pista perdida

Periplo similar sufrió Jacinto Suárez. La experiencia militar fue idéntica, pasando a Francia con el final de la Guerra Civil. Los rigores de los campos de concentración franceses y el trabajo forzado para los invasores alemanes dio paso a su integración en las FFI (Fuerzas Francesas de Interior, más conocidas como Resistencia). Un hermano suyo, Manolo, muere luchando contra los nazis. En 1948 el Partido Comunista le envía a Asturias para organizar la lucha de sus grupos armados. Les proporciona armas e instrucciones, pero estos grupos eran poco dados a admitir órdenes y siempre sospecharon del "Quirós". Después de tres años de sinsabores, de escaramuzas con las fuerzas de seguridad (fue herido) y de las luchas para doblegar a sus compañeros políticos, abandona Asturias. En Francia continúa con su vida, y vuelve momentáneamente a Quirós en 1964. Después su pista se pierde.

Otra figura destacada y redescubierta es la de Mauricio Álvarez Estrada. Como capitán de marina mercante, en prácticas, viaja a Estados Unidos a principios del siglo XX. Allí obtiene la ciudadanía estadounidense y es un empresario de éxito en los Grandes Lagos. La entrada de EE. UU. en la I Guerra Mundial le obliga a participar como capitán de un acorazado en el Canal de la Mancha.

Vuelve después a Quirós, donde se casa y emprende varios negocios. Tiene una central hidroeléctrica, molinos harineros y una empresa de autobuses. Es un activo miembro de la masonería y participa en distintas actividades culturales en su concejo. En octubre de 1937, unos días antes de la caída del Frente Norte, intenta salvar a su familia. Hace un viaje con sus dos hijos, su mujer y su suegro a Gijón, y estos consiguen embarcar en un carguero con destino a tierras galas. Cuando quiere hacer un segundo transporte de más familiares, ya no puede llegar. A los pocos días fue detenido en su casa del Molinón y fusilado junto con un cuñado y otros dos vecinos. Debajo de una carretera local se supone que deben encontrarse sus cadáveres. Su hijo Ramón Mauricio, ahora octogenario, se emocionaba el otro día en el Museo Etnográfico, cuando el historiador Alberto Álvarez contaba la historia de su padre, al que apenas conoció, pues tenía año y medio.

Estos son los ejemplos quizás más destacados de los muchos protagonistas que salieron a colación en dos de las charlas del pasado sábado día 28 de septiembre. Los asistentes pudieron poner cara a estos personajes que forman parte de la historia de un pueblo. Maestros represaliados o fusilados, curas desaparecidos, comerciantes huidos, mujeres maltratadas por los dos bandos forman parte de esa nómina histórica de la Guerra Civil en Quirós y Asturias.