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Los pasajeros de la Pola ansían que abra la estación de autobuses: "Es engorroso"

Los usuarios afirman que la ubicación actual es confusa para localizar el autobús adecuado y temen la llegada del mal tiempo sin sitio para resguardarse

Las dársenas de la nueva estación de autobuses de la Pola desde la plaza del Paraguas. S. ARIAS

En La Pola hay ganas de estrenar la estación de autobuses. Los usuarios llevan un año cogiendo el transporte público en la calle Carlos Sánchez Martino y frente a la sede de la Policía Local por la construcción de la nueva terminal. Una apertura que está a punto tras la reciente licitación de la gestión de la cafetería por parte del Ayuntamiento de Siero y a la espera del traslado al interior de la estación del equipo portátil de telecomunicaciones de Telecable. Los pasajeros mantienen una actitud paciente ante los plazos para su inauguración y tan sólo se quejan de que tienen un poco de lío a la hora de saber dónde está su línea. Y el invierno se acerca: "Hay gente que se queja algo cuando llueve o por el frío, pero ya queda poco para que se abra", confía Margarita Lombardía.

Y queda ya muy poco. Los interesados en llevar la gestión de la cafetería de la estación tienen de plazo para presentar sus ofertas hasta el próximo 26 de octubre. Una vez adjudicado, el seleccionado tendrá un plazo de dos meses y medio para poner el mobiliario y la maquinaria. Por lo que todo parece indicar que la apertura será a lo largo del otoño. "Que abran pronto porque ya empieza a llover y a hacer frío. Además, hay que fijarse bien en el destino porque no sabes si el autobús va para Oviedo, para Cangas o a Infiesto", dice Javier Viesca.

Hay algo de confusión entre los viajeros a la hora de saber dónde está su autobús, pero lo llevan con mucho ánimo. "No da mucha lata, más para los que van a Oviedo en directo a primera hora de la mañana porque se montan colas", comenta Saúl Molleda, usuario de la conexión con Noreña que está deseando que se abra la nueva terminal para "estar a techo".

Hace justo un año que se acometió el derribo de la antigua estación junto con las obras de mejora de la plaza del Paraguas, que finalizaron a finales del pasado mes de julio. A la semana se abrió la explanada que acoge la obra de Ildefonso Sánchez del Río. Pero la recogida e introducción de su estación de telecomunicaciones portátil dentro del nuevo edificio retrasó los planes municipales. En septiembre pasado iniciaron los trabajos que, todo parece indicar, están a punto de finalizar. Y los usuarios lo celebran. "Queremos que se abra porque aunque los buses son puntuales y no hay que esperar mucho paran más arriba o más abajo", señala Marta Cifuentes, estudiante en la capital.

Un barullo por el que casi se han perdido buses o tiempo. "Una amiga hizo cola más abajo y tuvo que subir corriendo y volver a hacer la cola otra vez, pero por las tardes no hay mucha gente", comenta Lucía Hortal, que utiliza el bus para ir a Oviedo a estudiar. Los líos con horarios de los trayectos y con las ubicaciones de los transportes son los principales enredos que afrontan los pasajeros. Por ejemplo, un hombre buscando las conexiones con Nava sin éxito y una mujer que no halla el bus que debía coger. "Es un poco engorroso porque no sabes si tienes que coger el bus aquí o allí y hay que andar preguntando, tengo ganas de que se abra porque están las dársenas y está uno más resguardado, sobre todo ahora con el frío", explica Aida Cocaña.

Y ya queda menos para que puedan disfrutar de la nueva infraestructura pública, en la que el municipio ha invertido 774.946,84 euros, a los que hay que sumar la intervención de restauración del Paraguas, que alcanzó los 201.281 euros. La plaza, con 4.000 metros cuadrados, tiene en su planta inferior la estación, con un soportal donde se extienden ocho dársenas para dar servicio a las diferentes compañías de transporte que operan en La Pola.

El proyecto, que revitaliza la zona con la nueva urbanización, donde tras las labores la obra de Ildefonso Sánchez del Río luce mejor que nunca, es muy esperado por los polesos y aún más por los que cada día utilizan el transporte público para trabajar o estudiar. Pese a los retrasos en la apertura del espacio lo llevan con mucho ánimo e ilusión por disfrutar del equipamiento: "Hay ganas de que se abra pero tampoco es para tanto, más o menos sabes dónde se ponen, y si no preguntas; hay que fijarse en el destino porque los trabajadores no tienen la culpa, pero ya sabes...", concluye Lombardía.

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