La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Culetes inteligentes en Nava

Los alumnos del instituto crean un escanciador que limita el consumo de sidra a quien vaya a conducir y por el que mañana serán premiados

El escanciador inteligente con las tarjetas que permiten identificar al conductor.

Los alumnos de Tecnología del instituto Peñamayor de Nava han ideado a "Sidrino", un escanciador inteligente que detecta a los conductores (previamente identificados mediante una tarjeta) y les impide beber más de dos culetes. Su prototipo ha tenido premio. Lo recogerán mañana, viernes, en Avilés, en el marco de la Semana Impulso TIC, pues han quedado segundos en la categoría de educación. En mayo también participaron en una feria en Oviedo, en la que explicaron su invento.

Iván Fernández, su profesor, indica que la idea surgió tratando de solucionar, o mejorar, mediante la tecnología un problema social. Estos alumnos, que entonces cursaban cuarto de la ESO, se enteraron del elevado número de accidentes de tráfico y de la implicación del exceso del consumo de alcohol en las muertes en la carretera. Así que se propusieron crear a "Sidrino", un escanciador inteligente, que para poder echar un culete requiere pasar una tarjeta. Cuando la máquina detecta al conductor no le echa más que dos vasos. El resto puede beber lo que desee. Pero no solo es novedoso por esta razón, ya que no hay ningún escanciador en el mercado que ellos conozcan que establezca este límite; también es pionero en incluir una pantalla informativa que va mostrando mensajes y, asimismo, incluye una rosca para seleccionar el tamaño del culín. El camarero dispone de una tarjeta diferente de la de los consumidores con la que, además de controlar el número de vasos escanciados, puede resetear la máquina para que la use otro cliente.

Los estudiantes se han encargado de diseñar y también de construir a "Sidrino" con materiales reciclados. Iván Fernández destaca que apuestan por esta medida porque están concienciados con la importancia de reducir el número de residuos. Por ejemplo, reutilizaron la bomba de una cafetera que ya no funcionaba para impulsar la sidra en su prototipo. La carcasa del escanciador la realizaron con una estructura de madera que ellos mismos pintaron. Después contruyeron un circuito basándose en la tarjeta "Arduino" (nombre que, unido a sidra, bautiza como "Sidrino" a esta máquina), que es una tarjeta controlada con la que pueden programar el escanciador desde el ordenador. "Es un sistema autónomo que usamos en muchos institutos", explica el profesor. Fue a él a quien se le ocurrió desarrollar este prototipo para tratar de solucionar un problema social como es conducir un vehículo después de haber consumido alcohol. Además, Nava es la Villa de la Sidra y qué mejor que idear un escanciador inteligente como este. Los estudiantes, que este año cursan primero de Bachiller, se encargaron de dar forma a este prototipo con el que están triunfando. "Elaboraron varios diseños y bocetos y después llegaron a un consenso", explica Iván Fernández.

Los artífices de este invento son Rafael Álvarez, Nahuel Castaño, Daniel Fernández, David Ibáñez, Pelayo López y Marco Sierra. Rondan los 16 años y están encantados con el premio que recogerán mañana. "No se lo esperaban. Es un éxito rotundo", aplaude su profesor, tan entusiasmado como ellos. "Pretendemos que el proyecto siga vivo, que los chavales vayan introduciendo mejoras y añadiendo nuevas funciones", explica Iván Fernández. Por ejemplo, ya están pensando en que "Sidrino" no escancie si no tiene el vaso en su sitio o este no está bien colocado.

El escanciador inteligente es mucho más que un proyecto educativo. Los alumnos han comprobado por sí mismos la aplicación de la asignatura en el mundo real al conocer cómo una empresa construiría una máquina de este tipo. De esta forma, también nutren el proyecto con los conocimientos de la materia y la práctica retroalimenta el aprendizaje. La recompensa también es doble: la satisfacción y el premio.

Compartir el artículo

stats