Los bares-tienda de los Centros de Iniciativa Rural (CIR) de Albandi y Piedeloro no tienen quien los quiera. El proceso de adjudicación de estos negocios hosteleros quedó desierto en ambos casos. El presidente de la Asociación Vecinal de Piedeloro considera que este espacio es poco rentable debido a su ubicación. Para evitar que el centro rural quede sin uso, cree que una buena opción sería transformarlo en un centro de formación para la hostelería u otro tipo de sector. "No lo va a coger nadie. Todos tenemos coche y vamos a Candás a tomar un café o lo que sea. Además, está muy cerca un polígono industrial donde ya hay dos bares", concreta Manuel Enrique Menéndez Rodríguez.

El de Albandi corrió la misma suerte. En este caso, el centro rural está mejor ubicado, pero tampoco resulta atractivo. El presidente de la asociación vecinal "Poal" de Albandi, Martín Fernández Vidal, cree que el hecho de que el proceso de adjudicación quedase desierto se debe a una cuestión meramente económica. "La clave está en el precio de la adjudicación y en que quien lo lleve debe tener conocimientos de hostelería", dice Fernández Vidal.

En IU critican que "la figura de los CIR está mal enfocada. Tienen que ser un espacio para socializar en la parroquia, no un negocio hostelero", sostiene Ángel García. Por parte de Somos Carreño, Carlos López razona que "hay que hacerlo más atractivo para que lo coja alguien o dejarlo, en su caso, a la asociación de vecinos".