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Los kiwicultores de Pravia, en guardia por las riadas: "Deben dejarnos actuar"

Los productores de las vegas del Nalón, arrasadas, piden facilidades para limpiar e información fiable de la apertura de las compuertas

Alejandro Calleja, encargado de una finca de kiwis en Forcinas (Pravia), señala la zona de terreno perdida con la última riada. S. ARIAS

Desolación en las vegas del Nalón en Pravia a una semana de la gran riada que inundó los cultivos de kiwi en un momento clave, la recogida de la cosecha. Muchas plantas quedaron sumergidas bajo el agua, afectando a los frutos de las cañas más bajas. Hubo destrozos en las infraestructuras y pérdidas de terreno por las mordidas del río.

Todo desmoraliza al sector y preocupa en Pravia, porque están en juego los empleos generados, aunque de momento los productores quieren seguir luchando. Insisten en la necesidad de limpiar el cauce, proteger las fincas y una mayor información sobre las sueltas de las presas río arriba.

"Voy a seguir adelante hasta que me vaya de este mundo, pero debemos luchar por proteger las vegas con un tratamiento medioambiental adecuado, sin hacer burradas, manteniendo limpios los ríos y con una solución factible para proteger las fincas, no sólo para los productores sino para la comunidad de Pravia", señala Ángel Cuesta, el primero en impulsar el cultivo de kiwi en Asturias en la década de los 80 del siglo XX. En la riada de enero retiró 25.000 toneladas de tierra y arena de la finca que tiene en Peñaullán que fueron arrastradas con el agua: "Hacia Bances hay una isla con casi dos metros de regodón alto ya con vegetación, eso nunca estuvo ahí y cuando baja el río se mete hacia la vega y la acabará cortando a la mitad".

Además, Cuesta alerta de la existencia de otro islote bajo el puente de Peñaullán que acabará provocando las mismas consecuencias. "Tenemos que llegar a un entendimiento con los técnicos de la administración e intentar entre todos conseguir una solución positiva", alega. En sus fincas, con 600 toneladas de kiwis en las plantas, el agua llegó hasta la mitad de varias calles, dejando los kiwis de las cañas bajas cubiertos de arena y tierra. "Lo vamos a dejar para lo último y ver si con una limpieza con agua se pueden recuperar o no".

En la finca de Nacho Suárez, en Santianes, hablan de una pérdida de unas 20 toneladas sobre las 350 que pensaba recolectar de kiwis. "Creemos que se pueden recuperar pero mucho no va a ser posible porque están muy sucios", detalla. En su opinión, uno de los factores que más afecta a las riadas son las sueltas de las presas de los ríos Nalón y Narcea. "Los datos que ofrecen no están actualizados y sólo pedimos más control e información de las sueltas, que no las hagan en pleamar, y también que nos permitan proteger las vegas". El día 13 de noviembre, la jornada del desbordamiento del río, comprobó el nivel del cauce la medianoche anterior. Cuando lo revisó a primera hora de la mañana, ya estaban en prealerta. "Soltaron a las dos de la mañana con la pleamar a las 4 de la madrugada. Deben informarnos de lo que van a hacer como ya se habían comprometido en reuniones anteriores".

Las avenidas, además de inundar las fincas, rompen las estructuras de hormigón que sostienen las plantas al arrastrar troncos y basura y cuya reposición es muy costosa. "Ahí se va el beneficio del año", apostilla Cuesta. Y cada vez, el río come más terreno. Eso lo saben bien en la producción de Alejando Lechado en Forcinas, donde el Nalón se ha llevado en los últimos 7 años unas 2 hectáreas de terreno, estima Alejandro Calleja, encargado de la finca.

La última riada se ha comido varios metros de terreno que obligarán a retirar varios tramos de calles de plantas, las más cercanas al río. "Estas calles las pusimos nuevas después de la riada de enero pasado y ya vamos a tener que quitar postes porque los tractores no tienen espacio para girar".

Las riadas en el Bajo Nalón son ya una constante si bien estiman que los efectos que provocan se podrían minimizar: "Es obvio que cuando llueve mucho se va a salir. Lo que pedimos es que nos den facilidades para limpiar nuestra parte del río y proteger las fincas", apunta Lechado, quien estima que el Principado debería implicarse en la protección de las vegas "porque es uno de los mayores patrimonios agrícolas que tiene Asturias".

En ese sentido, propone la creación de un plan especial de conservación y protección de las vegas. "Siempre hemos sido un sector respetuoso, nunca hemos pedido un imposible, solamente que nos dejen defender nuestro negocio, que nos lo está llevando el río", concluye. Hoy podrán pedírselo en persona al consejero Alejandro Calvo, que prevé visitar la zona.

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