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Candamo abre en Grullos una escuela infantil para retener población

"Si la gente tiene a mano servicios, hay más posibilidad de que se quede", dice la Alcaldesa

Alba Fernández, educadora, y Celina Valle, en la escuela, en Grullos. SARA ARIAS

La despoblación es una de las principales preocupaciones de los asturianos de concejos rurales y en Candamo, no es menos. La apertura de la escuela infantil, para niños de hasta 3 años, da esperanzas para que los jóvenes decidan quedarse a vivir en el concejo, así como atraer a nuevos pobladores aprovechando la centralidad del municipio, cerca de los principales núcleos urbanos, con una calidad de vida de entorno rural.

Una medida que defiende la Alcaldesa, Natalia González: "Como equipo de gobierno socialista que somos queremos promover la conciliación familiar y laboral. Además, entendemos que en un concejo rural hay que adoptar medidas que frenen la pérdida de población, si tienen a mano servicios que suele haber en zonas urbanas, hay más posibilidades de que decidan quedarse en el territorio", afirma.

Así, Candamo oferta un tramo más de educación pública en las instalaciones educativas del "Prieto Bances", donde imparten Primaria. Serán 11 niños ahora y uno más a partir de enero los primeros alumnos de la Escuela Infantil, donde el municipio ha invertido 97.400 euros en la obra para adecuar unas antiguas aulas del colegio y 19.000 euros en el equipamiento necesario. "Que haya once niños es una respuesta muy buena", entiende la regidora, quien enfatiza en el hecho de que son once familias que quieren desarrollar su proyecto vital en el concejo.

Además, se crea empleo que ya se ha notado en el padrón municipal. La directora, la ovetense Cecilia Valle, ya está instalada en Llamero y la cercanía con el centro educativo, en Grullos, es una de las principales ventajas que destaca. Lo sabe porque lleva dos semanas haciendo visitas y entrevistas con las familias interesadas, donde conocen las instalaciones y la línea pedagógica que seguirán las tres educadoras con las que contará la escuela, quienes se informan sobre hábitos de alimentación y sueño, entre otros. "Queremos crear un clima de familiaridad, que sientan acogidos tanto los niños como sus tutores y que estén lo más a gusto posible porque lo entendemos como un servicio al conjunto familiar", explica.

Valle también cree que las escuelas infantiles ayudan al entorno rural a reforzar su población porque favorecen la conciliación y la socialización: "Tenemos un niño que es el único de su pueblo y el primero en 23 años y aquí estará desde pequeño relacionándose con otros niños, es importante para su desarrollo". Las clases empiezan pronto.. "Tenemos muy buen entendimiento con las familias y compartimos los objetivos educativos, como que los niños sean felices y vengan contentos, respetar sus ritmos y sensaciones, notamos que están muy implicados en el desarrollo y acompañamiento de los niños".

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