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Carreño tramitó menos de dos licencias de obra al mes los últimos cinco años

La oficina técnica municipal ha expedido en lo que va de año diecinueve permisos, siete menos que en 2018, el mejor ejercicio del último lustro

Edificio en obras en Candás. P. F.

Carreño registró una media mensual de menos de dos obras en viviendas en los últimos cinco años. Según los datos facilitados por el arquitecto municipal, durante el año 2015 se tramitaron 15 licencias de construcción, rehabilitación o reforma y ampliación en todo el concejo. En 2016, la cifra fue muy similar: 17 expedientes. Más de lo mismo ocurrió en 2017, con 16 licencias en su haber. 2018 fue un año optimista a tenor de las cifras oficiales del último lustro. En este ejercicio se tramitaron 26 licencias urbanísticas para construcciones de viviendas. Y en lo que va de 2019, el dato provisional es de 19.

La perspectiva en el sector inmobiliario local no es nada halagüeña. Las agencias candasinas dudan de que se vayan a acometer actuaciones de envergadura en Candás en las próximas fechas, como ocurría hace más de una década, época en la que las grúas copaban buena parte de los barrios periféricos de La Matiella y Piñeres y otros espacios de la capital de Carreño. La tendencia de los últimos años fue bien distinta. Las obras de viviendas que se vieron en la villa marinera se basaron en la rehabilitación de casas antiguas deshabitadas, como puede ser el caso de la conocida como "El Patín", ubicada al lado del parque de Les Conserveres, o la que linda con la antigua fábrica de Ortiz.

La tendencia sigue la misma línea, por ahora. De hecho, existe una obra en marcha entre la calle Rincón y Les Conserveres para albergar cuatro viviendas. Esta actuación supone que Candás recupera la construcción, aunque a pequeña escala.

Una de las trabas con las que se encuentran los constructores y propietarios de parcelas para edificar es la falta de aprobación del Plan General de Ordenación. A día de hoy, está sobre la mesa la edificación de un solar ubicado en la calle Valdés Pumarino, en pleno centro de Candás, a escasos metros del Ayuntamiento. Sin embargo, la parcela forma parte de una unidad de actuación mayor.

La nueva vivienda escasea en la capital del concejo. Pocos son los edificios que atesoran pisos a estrenar. Esta realidad es bien distinta a la de otras capitales de concejos limítrofes, como puede ser Luanco, donde hay promociones enteras de nueva vivienda sin vender.

La crisis del sector inmobiliario hizo mella en Carreño, al igual que en el resto del país, pero en menor medida, a tenor de los datos aportados por la oficina técnica municipal. Durante los últimos cinco años las licencias urbanísticas para acometer obras en viviendas siguen existiendo, aunque en menor medida que en épocas boyantes del ladrillo.

Por ahora, el grueso de las actuaciones se están acometiendo en casas antiguas del centro de Candás y no en grandes bloques de edificios en otros espacios como La Matiella, Piñeres o el barrio La Cruz, como ocurría hace quince años. Eso sí, las rehabilitaciones de inmuebles deshabitados también suponen dar una mejor imagen urbanística del centro de la capital de Carreño. Una segunda oportunidad a viviendas baldías que ahora vuelven a recobrar su vida gracias a la inversión de particulares y empresas constructoras que optan por seguir invirtiendo en ladrillo en la villa marinera.

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