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Los kiwis prenden en Carreño

"Es una buena salida", dice el gijonés Iván García Sierra, que prepara en Tamón la segunda plantación ecológica del concejo después de pasar por varios trabajos

Iván García Sierra, rodeado de los postes donde irá montada la estructura de los kiwis, en Tamón. PAULA FERNÁNDEZ

Los kiwis parece que se dan bien en Carreño. Hasta la fecha, el concejo contaba con una plantación en Perlora, realizada por Iván Busto, quien tiene la única producción de agricultura ecológica en este concejo. Ahora se suma otro agricultor, el gijonés Iván García Sierra, que vio en una finca de Villar de Arriba (Tamón) el lugar ideal donde plantar kiwis. Así, durante estos días está montando las estructuras que a partir de marzo del año que viene albergarán una plantación también ecológica de 2,2 hectáreas.

La fiebre del kiwi en Carreño, en el caso de Iván García Sierra, es circunstancial. "Estaba buscando fincas para plantar kiwis y esta está muy bien. La orientación sureste hace que esté protegida del viento", comenta. Y es que para que los kiwis broten deben tomarse una serie de cuidados especiales. Por una parte, que el terreno cuente con humedad suficiente. Para ello, dispone de un arroyo en Villar de Abajo pegado a la finca. A ello hay que sumar la protección del viento. El espacio precisamente está en una zona rodeada de arboleda que lo protege de las fuertes rachas.

El gijonés cuenta con otra finca donde cultivó kiwis en su concejo. Esto supone una cuantiosa inversión a la hora de instalar los postes de hormigón y los arcos de acero galvanizado que luego soportarán el peso de las plantas de kiwi. "Cada hectárea cuesta más de 30.000 euros. Eso sí, hay ayudas que te subvencionan hasta el 60% de la plantación", concreta.

Esta inversión cuantiosa tampoco tiene un rédito inmediato. De hecho, las plantas del kiwi no empiezan a dar frutos hasta pasados cuatro años. "Es una buena salida laboral a medio-largo plazo, pero no para quien necesite dinero ya", concreta García Sierra. El gijonés de 39 años se metió de lleno en el mundo de la agricultura ecológica hace cuatro años. Antes trabajó en el ejército, en un taller de calderería, tuvo un negocio de estética y su última ocupación fue como vigilante de seguridad en la variante de Pajares. "En este trabajo tenía mucho tiempo libre y fue cuando la crisis. Pensé en qué podía trabajar por si las cosas salían mal y me empecé a informar sobre los kiwis", comenta. Y desde entonces, hasta ahora, y con vistas a seguir en la tierra, una pasión heredada por sus antepasados de la zona de los Oscos. García Sierra espera sacar buena rentabilidad de sus plantaciones a largo plazo. Destaca en este sentido que "el kiwi asturiano es el más valorado de la Península Ibérica y el ecológico siempre tiene un precio por encima del euro". Dentro de cuatro años cosechará lo sembrado en su finca en Tamón.

El gijonés, a la hora de asentarse en Carreño, tuvo que seguir ciertos trámites burocráticos. En este sentido, destaca la labor de la delegación comarcal de la consejería en Gijón. "Se portaron increíble. Reman contigo, te asesoran y están encima de todo. Se preocupan por ello y es de agradecer", concreta. En cuanto al Ayuntamiento carreñense, solicitó el arreglo del camino de acceso a la finca, ubicada a lo alto de un vial en Villar de Abajo, y el concejal de Medio Rural, Manuel Noceda, se comprometió a adecentar la subida en cuanto tuvieran presupuesto disponible para ello.

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