Un ejemplo de colaboración. Así es el belén que han montado en el centro de día de Grado entre la conserje, Sole Fernández; la limpiadora, Sandra Fernández, y el padre de la monitora de baile, Ramón López. Más de cinco metros de largo por dos de ancho en el que representan las escenas más tradicionales del nacimiento, que tiene a los usuarios encandilados. Un belén en el que también se esconden figuras nada navideñas como una Hello Kitty o un dado. El objetivo es que los busquen y, mientras tanto, vayan apreciando cada uno de los detalles de la exposición, abierta al público.

"Lleva mucho tiempo hacerlo, está todo hecho a mano y para uno solo sería imposible; presta más ayudarnos y queda mucho mejor", comenta Sole Fernández, la impulsora del montaje del belén desde hace 5 años. Está todo hecho a mano menos las figuras, aprovecharon las casas realizadas en años pretéritos y este año se han volcado en crear un río "de verdad". Con una bomba de aguas sucias y un bidón cargado consiguen un caudaloso río que atraviesa el nacimiento.

También, como novedad, el castillo de Herodes que fabricó López o los puentes con madera de avellano que cruzan de una margen a otra del río. También estrenan el portal, hecho a mano con madera de sabugo. "Vengo a traer a la hija a baile y me ofrecí a echar una mano", comenta López.

Llaman la atención las minuciosas manualidades que ha hecho Sandra Fernández con pasta de moldear. Las frutas y verduras de la huerta, cazos y ollas, árboles... Todo lo pequeño es de su manufactura. Y lo muestra con mucho orgullo. Los tres han conseguido crear un magnífico belén que ha gustado mucho entre los usuarios del centro de día y que también recibe las visitas de los moscones. Un nacimiento que nace de la colaboración.