De manera completamente desinteresada, los miembros de la Asociación Bella Alma pasan el fin de semana en la Casa de la Cultura de Lugones. Organizan un mercadillo que, a pesar de la lluvia atrae a un buen público y ellas sonríen, contentas por ayudar.
Esa es su idea, desde que nacieron en el mes de junio. "Una amiga nos prestó el local", comenta su portavoz Verónica Fernández, que recuerda los orígenes: "Dos chicas ya ayudaban de manera particular y un día pensamos en hacerlo de manera ordenada y registrada".
Así comenzaron a recibir donaciones, "sobrepasando todas las expectativas" y atendiendo a personas en diversas circunstancias, como son, víctimas de violencia machista, personas en riesgo de exclusión social o que viven del salario social o en viviendas de protección. A ellos les dan ropa, muebles o juguetes.
Sin embargo, el local en el que están instalados, carece de luz, agua y baños, además de ser "demasiado pequeño para atender situaciones que pueden ser muy personales o guardar y clasificar las cosas que se nos donan".
Esto ha frenado algunas de las actividades que venían realizando, como los talleres de lenguaje de signos: "Es que a partir de las tres de la tarde ya no se ve nada en el interior", lamenta Fernández.
Con la colaboración desinteresada de la gente -como en el caso de la Asociación de Vecinos de La Fresneda que les ha donado juguetes-, esperan conseguir fondos para poder alquilar un local, donde seguir con sus proyectos para ayudar a los más necesitados.
