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Somao, en busca de las fuentes perdidas

Vecinos de la localidad de Pravia se afanan en hallar antiguos lavaderos y manatiales, con los que diseñarán una ruta

Pedro Martínez Lanza, José Luis Pérez Lazcano, Pelayo González y Francisco González Cascallar, en el lavadero La Fonte Grande. S. ARIAS

Foceta y rastrillo en mano. Así se pasan las tardes y días libres tres vecinos de Somao (Pravia), empeñados en descubrir todas las fuentes y lavaderos ocultos por la maleza y olvidados por el paso del tiempo. Un trabajo altruista, cuya gasolina es la curiosidad y la pasión por el pueblo, con el que pretenden, en una segunda fase, la reparación de las viejas estructuras para crear una ruta de fuentes y lavaderos que puedan servir de imán para turistas y visitantes.

"Somao es muy rico en agua y manantiales y sabíamos, por alguna gente más mayor, que había muchas fuentes y lavaderos, y decidimos recuperar ese patrimonio etnográfico", explica Francisco González Cascallar, uno de los descubridores y presidente de la parroquia rural de Somao.

El trabajo para hallar los lugares comenzó con una serie de entrevistas a los más mayores del pueblo, quienes han hecho de informantes dando la ubicación exacta y nombres de cada punto de agua. Así hasta completar un total de diez lavaderos de reguero y seis fuentes. Además, los hay de distintos tipos como el de "El Fondil", "una llábana, una piedra en el reguero donde se lavaba de rodillas", apunta Pedro Martínez.

El grupo limpia el espacio para descubrir las fuentes y lavaderos, y al valor etnográfico añaden otros geológicos, de flora y fauna. "Hemos visto el tritón ibérico, palmado, jaspeado y alpino, el sapillo pintojo, la rana temporaria, la bermeja y la salamandra, además del sapo común, pero es curioso que no hemos visto ninguna rana común", detalla José Luis Pérez Lazcano. Y la presencia de estos anfibios es "un marcador biológico increíble porque tienen una piel muy sensible y cualquier contaminante puede acabar con ellos", precisa. Entre las rocas más destacadas, pizarras, areniscas y cuarcitas. "Queremos completarlo con un geólogo", comenta.

Ha sido Pérez quien se ha puesto a mano a diseñar el mapa con el que van ubicando cada una de las fuentes y lavaderos que rescatan. Con mucha paciencia, y a escala, ha dado forma a la futura guía para conocer el patrimonio etnográfico del pueblo, que realizarán en el futuro en tres dimensiones.

Los tres hombres y el hijo de González, Pelayo, se afanan en limpiar y mejorar cada uno de los manantiales de Somao para ponerlos en valor y sumarlos a los múltiples atractivos con los que cuenta la localidad. "Había que hacerlo ya porque luego la gente mayor va faltando y se perdería toda la información", concluye González.

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