Los usuarios que acuden a Cáritas de la parroquia de Grado aumentaron en 2019 un 8 por ciento con respecto a 2018, si bien, el volumen de ayudas prestadas descendió desde los 47.646 euros que repartieron en 2018 a los 39.509 del pasado año. Una bajada que el director de Cáritas Grado, Emilio López, atribuye a una mayor racionalización a la hora de repartir las ayudas, aplicando los mismos criterios que los Servicios Sociales municipales, y la mayor dotación del Ayuntamiento en subvenciones para gastos energéticos y ayudas de emergencia, "que nos libera en muchos casos de atender económicamente a las familias", afirma.
Así, el número de personas que acudió en busca de apoyo a la unidad parroquial moscona fue de 674 en 2019, frente a las 626 de 2018. En ese aspecto, López destaca la entrada de 43 nuevos usuarios de un total de diez familias el año pasado. "Los que se incorporan por primera vez tienen mucha mayor precariedad y vulnerabilidad que en años anteriores porque, así como, por ejemplo, antes contaban con una media de 3.11 euros por persona y día, excluyendo los gastos de vivienda, ahora la media no cubre siquiera los gastos fijos, es una situación mucho más difícil y compleja", explica.
Cabe destacar que el número de usuarios de Cáritas no ha parado de crecer desde el año 2009. Por aquel entonces, la unidad parroquial trabajaba con 45 familias frente a las 247 que atiende ahora. Además, la mayoría de usuarios son mujeres, más de la mitad, y advierte que los colectivos más afectados, por franjas de edad, son los niños y los mayores. "Algunas de estas familias añaden, además, situaciones dramáticas de problemas de salud, en algunos casos de extrema gravedad, que les obligan a efectuar unos gastos para los que no disponen de recursos", señala.
En cuanto a las ayudas que reciben, López hace un balance positivo respecto de la reducción de algunos servicios muy demandados en los últimos años, como los alimentos, el ropero y las ayudas al alquiler y energéticas. "Los vales de alimentos se redujeron un 6 por ciento y hay que destacar el descenso en los alquileres, de un 49 por ciento, y el de las ayudas para los gastos de energía, que bajaron un 13 por ciento, por el mayor apoyo del Ayuntamiento".
Además, el colectivo saca pecho de la labor educativa con personas adultas extranjeras, a las que enseñan español, "evaluada favorablemente por los Servicios Sociales, que han decidido reforzarla en días alternos", celebra.
Una labor que han desempeñado con ilusión y ganas, pese a la reducción de su presupuesto anual, que cayó un 19.7 por ciento en 2019. También los socios, con un 6 por ciento menos. Lo que sí responde es la colecta mensual que realizan, que es la mayor financiación que reciben. El equipo de Cáritas afronta 2020 con ganas de reducir el número de usuarios.
