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"Si no hay local antes del verano podemos desaparecer", avisa la fanfarria candasina

"Pepe el Chelo" desconfía de los plazos marcados por el Ayuntamiento de Carreño, que dependen de un presupuesto municipal que está en el aire

De izquierda a derecha, Manuel Noceda, edil de Medio Rural; Carmen Penche, arquitecta de la Mancomunidad; Rubén Ferrera, responsable de la empresa Ovinorte, y Amelia Fernández, alcaldesa de Carreño, en la Factoría Musical. R. P. F.

La fanfarria candasina "Pepe El Chelo y sus marchosos" urge al Ayuntamiento de Carreño su realojo en uno de los espacios de la Factoría Musical de Carreño, en el barrio de La Sabarriona (Carrió). Los plazos marcados por el gobierno socialista suponían que este local estaría disponible a finales de la próxima primavera para la fanfarria y para los grupos que antes ensayaban allí. Sin embargo, los componentes de "Pepe El Chelo" temen que esas previsiones no se cumplan. El hecho es que ahora supeditan la segunda fase de la obra a la aprobación de los presupuestos municipales, un requisito que, a día de hoy, parece difícil de lograr debido a las reticencias de los partidos de la oposición a sentarse a negociar sin tener las cuentas claras acerca del déficit presupuestario del año pasado.

Así las cosas, la fanfarria "Pepe El Chelo" lleva desde septiembre de 2016 ensayando en un local privado por el que tienen que pagar una renta mensual de 400 euros, a los que se suman gastos corrientes y de mantenimiento, es decir, que su desembolso anual en este concepto ronda los 5.000 euros, con lo que el gasto en este tiempo asciende a unos 20.000 euros.

El presidente de "Pepe El Chelo", Álvaro Artime Sal, espera poder contar con el local ya. "Nos dijeron que una vez que acabase la primera fase podríamos entrar, pero aún no nos dijeron nada. Lo que está claro es que si antes del verano no tenemos local, la fanfarria corre el riesgo de desaparecer. Los músicos ya están cansados y yo sería el primero en dimitir", argumenta Artime Sal.

El hecho de haber tenido que alquilar un local para ensayar en la calle José González Muniello supone más que el desembolso económico. "El problema ya no es pagar el alquiler, sino que estamos dejando los instrumentos sin reparar y tampoco podemos destinar dinero al festival de charangas porque todo lo que tenemos se invierte en pagar la renta", lamenta Artime Sal. Antes de septiembre de 2016, la fanfarria ensayaba en un local propiedad de la parroquia de San Félix, pero el párroco les instó a abandonarlo porque estaba en pésimas condiciones. De hecho, las paredes y el techo estaban llenas de humedad, lo que afectaba negativamente a los instrumentos y suponía un riesgo para los músicos.

El Ayuntamiento está ultimando ahora la primera fase de la obra, a la que destinaron 84.416,60 euros, que consistió en obras de demolición y estructura, además de poner tabiques en las salas de ensayo y estudio de grabación. Quedaría la segunda fase, por importe de 107.791,85 euros, que abarcaría el acondicionamiento de las salas de ensayo y la rampa exterior. También habría que sumar el coste del equipamiento del estudio de grabación. Además, el Ayuntamiento trabajará con los usuarios de este espacio para elaborar un reglamento de uso de la Factoría Musical.

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