Fabrican leche en polvo, pero allí solo hay agua y más agua. Y llevan así desde el 16 de noviembre, día en que la planta baja de la empresa Derivados Lácteos de Villaviciosa tuvo que cesar su actividad. Los motivos del cierre de la firma, según comenta su propietario, Alfonso Herrero, se debieron a que "hay un túnel que comunica con el otro lado de la carretera y en su día, cuando tiraron la nave que se comunicaba con esta, cerraron la entrada al túnel con escombros. El agua filtra por ahí y llega hasta nuestra empresa".
La imagen de la fábrica de leche en polvo, dos meses después del incidente, es desoladora. El laboratorio está totalmente inutilizado, con los cajones repletos de agua, maquinaria estropeada, archivos anegados, la ropa de los 14 empleados que tenía por aquel entonces la empresa cubierta de una capa de barro... En definitiva, un panorama complicado para volver a retomar la actividad con prontitud. Así las cosas, desde la empresa han enviado varios burofax a la firma que dicen que es propietaria del túnel para que arregle el cierre y así no siga llegando el agua a su zona.
Por otro lado, encargaron un informe pericial a un ingeniero técnico industrial para que valorase la situación. El documento concluye que las aguas que anegaron las instalaciones "provienen del solar ubicado en la parcela situada al margen opuesto de la calle Maximino Miyar". Concreta que este problema podría resolverse "con la ejecución de un muro de contención que ciegue de forma estanca y permanente la boca del túnel, en su acceso desde el solar. Como complemento de seguridad también se podría revisar la instalación eléctrica que alimenta el grupo de bombeo, dotándola de dispositivos de protección rearmables en caso de fallo, o incluso un sistema de alimentación alternativo".
Derivados Lácteos de Villaviciosa solicitó un Expediente de Regulación Temporal de Empleo con una duración de seis meses por el cese de su actividad, que afecta a 12 de sus 14 trabajadores. Esta firma fue cuestionada en su día por los vecinos de la zona, que se aquejaban de molestias, ruidos y contaminación. Herrero comenta que acometieron obras al respecto, como insonorizar toda la nave y cambiar el tubo por donde salen las aguas residuales para conectarlo en otra zona. Por otro lado, están a la espera de instalar una malla en una de las máquinas para evitar que en el encendido y apagado de la misma se produzcan emisiones de leche en polvo y así causar menos molestias al vecindario.
