La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los locales hosteleros de Candás se quedan vacíos por los elevados alquileres

La capital de Carreño posee varios establecimientos con una renta media de 800 euros, una cantidad alta, según las inmobiliarias

Ambiente por el centro de Candás. A. F. V.

Atrás quedaron los años gloriosos de la hostelería en Candás, cuando la villa contaba con una gran oferta gastronómica e, incluso, con discotecas. Hoy en día, local que cierra, local que se ve abocado a criar polvo. Esta es una realidad que llama la atención a muchos, pero que tiene su explicación en los altos alquileres, con un precio medio de 800 euros, según atestiguan las inmobiliarias candasinas. En otros casos, los establecimientos fueron víctimas de embargos y, para hacerse con ellos, en muchos casos los nuevos propietarios tienen que hacer frente a deudas pasadas acumuladas por sus anteriores dueños. Un lastre que frena las inversiones en este tipo de negocios en la capital de Carreño.

Uno de los últimos locales en echar el cierre está ubicado en El Cueto. Con apenas 70 metros cuadrados de superficie, sus arrendatarios piden una renta mensual de 390 euros (según aparece en el portal inmobiliario Idealista.com), a la que habría que sumar los gastos corrientes.

A medida que se incrementan los metros cuadrados, más elevada es la factura del alquiler. Así, un local comercial que hasta hace unos meses se dedicaba a la hostelería, ubicado muy cerca de la plaza de La Baragaña, se alquila por 800 euros. En su caso, tiene una superficie de 125 metros cuadrados.

Por otro lado, hacerse cargo de un restaurante que en su día tuvo gran fama en Candás cuesta al mes 1.500 euros. En este caso, el establecimiento mide 500 metros cuadrados, entre el espacio de sidrería y los comedores aledaños.

La responsable de la Inmobiliaria Medina considera que estos precios son más que elevados, a tenor de los resultados que están dando, es decir, que nadie se interesa por su alquiler. Argumenta su postura en que abonar tales cantidades en la temporada baja de invierno requiere disponer de un amplio colchón de dinero. Y es que el sector hostelero candasín, por lo general, saca rédito de su actividad durante la temporada de verano, y si el tiempo acompaña. Entre los meses de octubre y mayo los clientes escasean en gran parte de los establecimientos, que tienen que hacer encaje de bolillos para cuadrar las cuentas a final de mes.

Una muestra evidente de esta realidad la ofrecen los restaurantes ubicados en el muelle local. La gran mayoría solo trabaja los meses de verano y sus puertas permanecen cerradas durante el invierno. Esto indica que abrir este tipo de negocios en temporada baja supone más gastos que beneficios.

Lo mismo ocurre con los locales comerciales que han cesado su actividad. Tanto en el centro de Candás como en calles menos frecuentadas, la escena es la misma. Negocio que cierra las persianas, rara vez vuelve a abrirlas. En este caso, los precios también son elevados, por encima de los 500 euros mensuales de media. Así las cosas, todo hace indicar que, si los alquileres siguen en tónica ascendente, los establecimientos hosteleros y comerciales estarán abocados a un cierre permanente.

Compartir el artículo

stats