El mes de febrero puede ser histórico para la Villa Condal por dos circunstancias. La primera, que este mismo jueves se aprobará en pleno extraordinario el presupuesto municipal para 2020, tres años después de que se consiguieran sacar adelante las anteriores cuentas del concejo. La segunda circunstancia especial llegará a final de mes, con el pleno ordinario.
La previsión -según ha podido saber este periódico, a través de fuentes sindicales- es que en ese pleno se vote la aprobación del convenio de los trabajadores municipales, una reivindicación que viene de muchos años atrás.
Las cuentas -modestas en lo que se refiere a inversión- serán aprobadas sin problema gracias a la mayoría absoluta de IPÑ. También cabe la posibilidad de que algún otro partido (PSOE o Conceyu) se abstengan o, incluso, voten a favor, a pesar de que tampoco se les han hecho grandes concesiones en el presupuesto.
El gobierno ha decidido imponer su propuesta de gestión, tras dos años en los que su gobierno bipartito con Foro optó por prorrogar cuentas. En 2018, sin que siquiera se propusiera un borrador, y en 2019, al no conseguir los votos favorables que necesitaban.
En el capítulo de inversiones del presupuesto destaca una partida para reparar el patio del colegio municipal y otra para repoblar el castañéu de La Soledá. También se destinará una cuantía a arreglar caminos en la zona rural.
Si se ha esperado tres años por un presupuesto, mucho más han aguardado por un convenio único y un catálogo de trabajadores los 35 empleados que componen el personal laboral municipal de la villa. Este comenzó a negociarse junto a una Relación de Puestos de Trabajo (RPT) en el año 2015. La idea era dar seguridad a los empleados municipales que no tienen la categoría de funcionarios y que ocupan puestos que podrían tener que salir a oposición, pudiendo perderlos a pesar de llevar décadas desempeñándolos.
A su vez, con el convenio único se regulará el aspecto salarial -tratando de hacerlo más justo- y en el catálogo y la RPT, las condiciones laborales en cuanto a calendarios, horarios y funciones.
La negociación ha sido muy complicada y los sindicatos mantuvieron diferentes puntos de vista en algunos momentos clave. Especialmente, en los días previos al pleno celebrado el pasado mes de mayo, cuando la confusión de los trabajadores llevó a que la oposición rechazara votar a favor.
Desde entonces, los plazos se han ido demorando, a pesar de la promesa del gobierno de aprobarlo lo antes posible.
