El Ayuntamiento de Villaviciosa instaló ayer una malla que acordona toda la zona de la aldea de Villar, en Tazones, que corre riesgo de derrumbe según atestigua un equipo de investigadores de la Universidad de Oviedo, que remitió un escrito al Alcalde maliayés para que tomase medidas para salvaguardar la seguridad en la zona. El sábado pasado, la Policía Local instaló una cinta que prohibía el paso a ciertas zonas, como al faro de Villar, pero esta medida resultó insuficiente, ya que el precinto poco tiempo permaneció en su sitio.
Las cintas policiales fueron rotas por curiosos que quisieron adentrarse en la zona de peligro, sin tener en cuenta el riesgo que eso conlleva. Por ello, el Ayuntamiento maliayés reforzó aún más la seguridad instalando el martes por la mañana varios carteles que alertaban del riesgo de desprendimientos y ayer hizo lo propio colocando varios metros de malla para limitar el paso a la zona agrietada. Además, el Consistorio también instaló un cierre a la entrada del pedrero por el muelle de Tazones, sobre el que instalaron un cartel que el pasado lunes habían colocado en el muro del puerto pesquero.
El Alcalde, Alejandro Vega, comenta que estas medidas se tomaron "para dar mayor seguridad en la zona dados los incumplimientos de la señalización por parte de personas que no respetan las advertencias de las señales". Y es que, tal y como cercioran los propios vecinos de Villar, durante el fin de semana pasado muchos fueron los curiosos que se adentraron en el terreno que corre riesgo de desprendimiento y donde existen enormes grietas de varios metros de profundidad.
La malla actual acordona toda la zona conflictiva, a excepción de la carretera de acceso al faro de Villar. El sábado pasado, este vial estaba cerrado al paso por una cinta policial, pero ahora se puede circular por él libremente. Las medidas tomadas por el Ayuntamiento de Villaviciosa buscan evitar desgracias en este espacio. Los geólogos consultados por LA NUEVA ESPAÑA corroboran que "el terreno está francamente peligroso", en palabras de uno de los integrantes del grupo de investigación de la Universidad de Oviedo, Carlos López. El Consistorio maliayés espera que tanto vecinos como turistas hagan caso a las señalizaciones y no traspasen el umbral delimitado por la malla que ayer instalaron, ya que de lo contrario su vida puede correr serio peligro en caso de que se precipiten por una de las grietas.
