Aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Es harto sabido que la condición de cada uno no puede modificarse por retoques externos. En la polémica entre Policía Local y Regidor se introduce una nueva variable: ¿obligatoriedad de usar el uniforme? Nuestro alcalde, que siempre ha vestido de manera informal, huyendo de las rigideces de corbatas y trajes, en pantalón vaquero y camisa, parece que exige a la Policía local que vista de uniforme cuando está de servicio. Como norma general parece correcto. A todos nos gusta poder visualizar nuestros agentes facilitando el acudir a ellos cuando se les necesita. La excepción confirma la regla, el caso de víctimas de violencia de género que precisen compañía de policía podría serlo. Casi sin dudar, por el carácter de las hostilidades, la intención de la ordenanza era la de corregir, en caso de que así fuese, el que en tiempo de trabajo, sin uniforme, algún profesional realizase tareas ajenas al servicio. Y sí se insistió en la necesidad de llevar la indumentaria oficial. Oficial viene de oficio, y el oficio de quienes hacen la atención a víctimas de violencia de género es distinto de quienes patrullan calles o regulan tráfico aunque pertenezcan al mismo cuerpo; porque indumentaria no es necesariamente uniforme. Así que el mando pertinente de esa sección, si existe, no hubiese contravenido ordenanza solicitando a los agentes en ese servicio no ir uniformados. Bueno... en este litigio hay que sacar punta a casi todo.
