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Cien años de felicidad entre Navelgas y Viella

María González celebró su centenario en la residencia de Viella en la que vive: "Es muy simpática, canta y participa en todo"

María González, rodeada de su familia, ayer, en Viella. A. I.

Un catorce de febrero de 1920, día de San Valentín, nació en el pequeño pueblo de Navelgas (Tineo) María González García. Tras cien años y cinco generaciones de su familia, ayer, recibía el cariño de sus allegados y de los trabajadores de la residencia en la que vive, en la localidad de Viella (Siero). Al verlos aplaudía, no cabía en si de gozo, en un destello de belleza de esos que de manera inconstante iluminan la vida.

La de González está siendo larga -"y ojalá esté para siempre mientras no tenga dolores"- y feliz, aunque también ha tenido momentos de dureza. "Empezó a trabajar muy pequeña, en la hierba y con el ganado. Vivió la guerra y sacó adelante a cuatro hijos", rememora Manuel Antón, que la observa con ternura mientras el resto de la numerosa familia le prestan atenciones.

Como lo hizo ella antes con ellos. "Fue una madre muy cariñosa", asevera Antón. Luego, ese cariño se repartió también con sus trece nietos y después con los bisnietos y tataranietos.

Finalmente, en 2007 dejó Navelgas para mudarse a Lugones con una de sus hijas, antes de llegar a Viella en 2018.

Allí, en la residencia Julia Nieto -que también está de aniversario por su primera década- es una persona muy querida. "¿Llovéu, llovéu? Nos pregunta todas las mañanas de la que se levanta para elegir la ropa", cuenta la directora del centro, Susana Álvarez, a modo de anécdota.

María González disfruta cantando, haciendo manualidades y ayudando a doblar los mandilones. Además de con una salud de hierro, cuenta con el cariño de toda su familia, que se desplazó ayer para poder estar con ella en una fecha tan especial, cumpliendo cien años de felicidad.

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