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Los 75 años del gran auditorio cultural de Villaviciosa

El Riera, una historia de película

El teatro que diseñó Cabanilles y costeó Laureano Riera, que vivía en la planta alta, presume de intensa actividad con 14.000 entradas en 2019

El teatro Riera de Villaviciosa. VICENTE ALONSO

La historia de la cultura en Villaviciosa está ligada íntimamente al Teatro Riera, un espacio que abrió sus puertas el 17 de noviembre de 1945 y que este año cumplirá su 75.º aniversario, además de 12 en servicio tras su última reforma, iniciada en 2006.

El edificio fue obra del arquitecto Fernando Cabanilles y debe su nombre al industrial villaviciosino Laureano Riera García, quien fue el promotor de que las casas que había entre las calles Sol y Agua se transformasen en un gran coliseo que pasaría con los años a los anales de la historia del concejo. La plaza de Caveda, que antaño albergaba unos caños que surtían agua a los vecinos de Riaño y La Oliva, se transformó para ser el centro de la cultura local. Ahora, en ese espacio hay un homenaje a Obdulio Fernández con la escultura de La Manzanera.

El cronista oficial de Villaviciosa, Miguel González Pereda, tiene constancia de singulares datos sobre el Teatro Riera. Cuando se inauguró, la planta baja estaba destinada a teatro y la superior a viviendas. Precisamente en una de ellas residía Laureano Riera y en otros espacios de la planta superior se albergaron las oficinas de Telégrafos.

El Riera nació con grandes pretensiones. Albergaba 410 asientos en el patio de butacas y contaba con otros 100 espacios en la parte de arriba de general y palcos. Actualmente, el aforo es de 270 personas tras la reforma -llevó más de 12 años de trámites, obras, modificaciones de proyecto- para ensanchar pasillos y hacer los habitáculos más confortables. En 1945, la inauguración del Riera corrió a cargo de la compañía de teatro valenciana Pepe Alba, gran conocida en la época. Y la primera película que se proyectó, a la semana de su inauguración, fue "La tragedia del Avanti", de Clark Gable. Tras Laureano Riera, el coliseo pasó por varias manos. Así, estuvo dirigiendo este centro la compañía Pardo, Félix Margolles y, en sus últimos años como teatro privado, el circuito Fernández Arango. "Es el cine que más vida tuvo en Villaviciosa después del Teatro Alonso, 22 años activo", concreta González Pereda.

El cronista oficial de Villaviciosa recuerda que numerosas estrellas de la época pasaron por el Riera como Lola Flores, Manolo Caracol, Paquita Rico, Antoñita Moreno, entre otros. Sus primeros años de vida transcurrieron en una época donde todo lo que sonase a cultura estaba más que medido y censurado. Así, la calificación moral de las películas se mostraba a la entrada de la iglesia de Villaviciosa para que el público estuviera informado al respecto. Con censura o sin ella, era un espacio de ocio de primer orden para los maliayeses. "Antes la gente iba a misa, luego a comer con la familia y por la tarde al cine. Era lo que había, en pocas casas tenían televisor", rememora González Pereda.

El teatro villaviciosino acogió numerosas sesiones de películas, así como de obras de teatro de compañías de primer orden. Destacan, por ser las primeras en su categoría, "El ladrón de Bagdad", primera cinta emitida en technicolor, en mayo de 1946; "La túnica sagrada", primer largometraje proyectado en cinemascope a finales de los 80; así como las más taquilleras de su época. En este sentido, "Lo que el viento se llevó" fue la gran triunfadora de los años 50; así como "Los 10 mandamientos", "Quo vadis" y "La Violetera" en la década siguiente. Luego en los 80, "E.T." fue la cinta más vista en el Riera y en los 90, "Titanic".

Las sesiones de cine, tal y como explica el cronista, se programaban tanto los fines de semana como por semana en los primeros años. "Había sesiones incluso los lunes, miércoles y jueves. Y en los años 70 también organizaban sesión de viernes por la noche donde ponían películas de la época del destape", rememora. González Pereda ensalza la labor de Cándido Cambiella al frente de la programación cultural. "Era el alma y vida del teatro. Hacía él mismo unas carteleras fantásticas, a nivel de los mejores cines y teatros de otras capitales, porque dibujaba de manera espectacular. Se molestaba siempre en traer la última película o a la compañía de teatro que estuviese en boga en ese momento", remarca.

El paso de los años y la llegada masiva de la televisión a los hogares hizo que la oferta cultural se viese mermada por la escasez de espectadores. Pero tras la reforma y reapertura como espacio cultural público en Villaviciosa, el Riera puede presumir de haber despachado el año pasado cerca de 14.000 entradas. Será el próximo el 17 de noviembre cuando cumpla 75 años con la misma ambición cultural que cuando nació.

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