La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los expertos se decantan por un andén en pendiente para la estación de la Pola

Los arquitectos consideran que sería una forma "sencilla" de evitar que los vehículos más altos colisionasen contra el techo y las columnas

La estación de autobuses de Pola de Siero. A. I.

La revelación de los conductores sobre los problemas que genera para los autobuses altos la nueva estación de Pola de Siero sigue coleando. Varios arquitectos consultados por este diario plantean que la mejor solución para que los vehículos de mayor altura no colisionen con la techumbre o con las columnas es hacer la llegada a las dársenas en pendiente descendente. De este modo, se conseguirían salvar los pocos centímetros necesarios. Lo que desde luego descartan es montar una estructura nueva: "Eso sería una locura", comentan.

Los profesionales de la arquitectura prefieren no entrar a juzgar la planificación del apeadero, ni dar opinión sobre "el trabajo de un compañero del gremio". Por esa razón, la mayoría de los cuestionados por LA NUEVA ESPAÑA han preferido guardarse su opinión, aunque algunos apunten que están al tanto del problema.

De entre todos, dos sí que estuvieron dispuestos a comentar posibles soluciones, y ambos coinciden. El primero, más conocedor de la cuestión, entiende que "no supondría gran complicación solucionarlo".

Este recuerda que "algo así pasó en la estación de trenes de Atocha (Madrid), en su momento, y luego explicaron que se había cambiado la concepción originaria". En este caso, el arquitecto -que trabaja en proyectos en el concejo- dice "no saber dónde está el error inicial". En todo caso, no le parece que la solución sea especialmente difícil. "Hay cantidad de estaciones y de intermodales cuyo acceso es en bajada, y también hay dársenas que están en ligera pendiente. No sería nada único", asevera.

Eso sí, entiende que la inclinación debería ser moderada, para evitar problemas. "Es cierto que no es algo que les guste mucho a los conductores de autobuses", asume, pero pone otros ejemplos como argumento para sostener su postura: "Los aparcamientos en general se permite que cuenten con una determinada pendiente. Además, si para el tránsito de personas discapacitadas se admite un 3 o un 5 por ciento de pendiente, por qué no para el autobús".

Haciendo unos cálculos rápidos, este arquitecto saca una conclusión fácil. "Mira, en ocho metros, a un 3% de pendiente, recuperas 24 centímetros. Es una pendiente casi inapreciable y ganarías una altura que ya podría valer".

Otro compañero del gremio, en esta caso de Oviedo, apunta que no conoce tanto el problema surgido en Siero pero, orientado por fotografías, plantea su solución: "No puedo decir mucho sin verlo bien, y el proyecto, pero no parece descabellado lo de la inclinación. Se podría hacer de manera ligera y no tendría mucho coste", puntualiza, sin querer profundizar más en la materia.

La estación de autobuses de Pola de Siero está generando opiniones contrarias por parte de vecinos y de los profesionales del transporte, que se quejan de las características técnicas del apeadero.

En el caso de los usuarios, las protestas tienen que ver con que la zona interior esté cerrada, por lo que no disponen de aseos ni de un lugar donde esperar resguardados. Esto no se pondrá en marcha hasta que no haya una empresa que reciba el contrato para gestionar la cafetería -y con ello la limpieza, el mantenimiento y la reforma del local interior-. Por el momento, cuatro que se habían rechazado, han rechazado o han sido rechazadas. No hay fecha para su resolución.

Compartir el artículo

stats