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Granos de oro made in Lieres

Ricardo Puente tuesta 600 kilos al mes de café de Honduras, Vietnam y Brasil, que vende en tiendas del centro de Asturias

Ricardo Puente muestra la materia prima con la que elabora su café. P. F.

Corría el año 1988 cuando Ricardo Puente se empecinó en crear un tostadero de café como modo de vida. Los inicios, como en casi todo, fueron duros. Recuerda que las primeras tandas de café tostado se le quemaban y con ello perdía el dinero invertido en la materia prima en unos tiempos de apretada economía doméstica, en los que las pérdidas se resentían más que nunca. Sin embargo, gracias a su esfuerzo y su empeño por sacar el negocio adelante, ahora cuenta con un trabajo "mejor que el de los funcionarios", vive "como un marqués", reconoce. Y es que emplea escasas horas a la semana para tostar al mes unos 600 kilos de café que luego vende en establecimientos hosteleros del centro de Asturias y en locales dedicados a la alimentación de toda la región con el nombre de "Cafés Batrakof", que alude al apellido de su mujer, rusa de nacimiento.

A sus 66 años, no tiene pensado retirarse de este oficio que, reconoce, "da para pagar varias pensiones y darme algún que otro capricho". Todo gracias al esmero en hacer las cosas bien y no parar de mejorar día a día para lograr un café de la máxima calidad. Su trabajo es sencillo, pero para ello también necesitó contar con ciertos conocimientos, a pesar de que admite que "aún estoy conociendo este oficio". Así, cada vez que se pone en faena, mezcla a partes iguales granos de café verde procedentes de Brasil, de Vietnam y de Honduras, para lograr un producto de calidad.

Primero tenía una máquina que funcionaba con combustibles sólidos y que tenía una capacidad de tueste de 60 kilos. Después se hizo con la tostadora con la que cuenta en la actualidad, que fue a recoger de segunda mano a una población cercana a Candás y que sirve para tostar entre 15 y 20 kilos de café. "El primer aparato era más una pieza de museo que un tostadero. Había que saber tostar café, que yo de aquella no sabía, y tener clientela y dinero, que tampoco tenía. Iba a desistir, pero me llamó el que me vendía el café verde y me ofreció un tostador, que es el que tengo ahora", rememora. Ya pasaron desde entonces 28 años, en los que Puente logró abrir mercado en la zona centro de Asturias para sacar adelante su negocio.

Ahora, a sus 66 años, cuenta con jubilarse a finales de año, pero espera dejar el negocio en manos de su mujer, quien es diez años menor que él, para no perder los ingresos que le proporciona el tostadero de Lieres. Además de café, también arrienda máquinas de café a establecimientos de hostelería y molinillos, como complemento a un negocio redondo que pervive más de tres décadas.

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