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Güevos pintos en cuarentena

Los artesanos de Pola de Siero dejan de pintar con algunas piezas ya listas y dudan si será bueno celebrar la fiesta de Pascua en otra fecha

María Cimadevilla, con sus güevos pintos, en el mercadillo. A. I.

Los pinceles reposan tranquilamente en los botes y los huevos, en sus respectivas hueveras. Con la suspensión de la fiesta de Güevos Pintos de Pola de Siero -por primera vez desde la Guerra Civil, en esta ocasión por la pandemia del coronavirus-, los artesanos que elaboran las piezas han optado mayoritariamente por parar su actividad después de comenzarla a principios de año. Aunque se están planteando diversos escenarios para poder celebrar el mercadillo y ayudar al gremio, en general no ven muy claro "si tendría sentido" hacerlo ya fuera de la fecha de la fiesta de Pascua polesa.

A María Cimadevilla la situación no le ha pillado por sorpresa. De hecho, decidió no comenzar a pintar los güevos en enero, aunque sí que los compró: "Veía como estaba la cosa y lo paralicé todo". Y es que, por su forma de hacerlos, no puede adelantarse mucho en los plazos. "Los elaboro de la manera tradicional. Si no se sacan rápido a la venta, se pierden. No valen de un año para otro", explica.

Respecto a la posibilidad de recuperar algunas de las actividades de la fiesta en otras fechas, lo ve complicado. "Cuento con que no se va a hacer", asevera. Ahora mira con prioridad las páginas del calendario de finales de verano, cuando tiene programado fotografiar varias bodas.

La que se encuentra en plena marea laboral es Verónica García, artesana que elabora güevos a la vez que trabaja en el hospital Álvarez-Buylla de Mieres. A ella y a su hermano -con el que comparte puesto-, la suspensión de la fiesta sí le ha supuesto frenar su actividad en lo referente a la elaboración de las piezas.

"Habíamos empezado a pintarlos en enero. Llevábamos seis o ocho docenas, pero con el estado de alarma decidimos parar", relata García, que confía en que los ya elaborados no se deterioren. Ella coincide con Cimadevilla en no ver claro que se pueda aplazar el mercadillo o tenga sentido hacerlo. "Es que, una vez que pasa la fecha... Lo guapo es hacerlo en su día", concluye.

Mientras estas dos artesanas han optado por parar la producción, Mariana Fano lo ha hecho a medias. Ella elabora varios tipos de güevos, unos más orientados a la venta al público general, en Pola de Siero y otros que se exponen en galerías y tienen un valor económico más alto. "Ahora estoy pintando sobre todo estos, que son reproducciones de obras de arte clásicas", explica. No tiene miedo a que los 250 que tiene ya hechos se estropeen, ya que los rellena con poliuretano. A pesar de su durabilidad, espera que se pueda celebrar el mercadillo.

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