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Los vecinos abogan por suspender el Carmín de la Pola: "Sería un gran foco de contagio"

Ni una edición con restricciones ni permitir las aglomeraciones convencen a los polesos, resignados a esperar a la romería del próximo año

Los vecinos abogan por suspender el Carmín de la Pola: "Sería un gran foco de contagio"

Los vecinos de Pola de Siero defienden que lo mejor sería suspender las fiestas del Carmín, dada la situación con la propagación del COVID-19. Festejos asegura que sería inasumible llevarlas a cabo con restricciones de aforo en el prao, en las calles y en los locales. Postura que secundan los polesos, que también apuntan a que, con las aglomeraciones que provocaría el festejo, "sería un gran foco de contagio".

Así opina Belén Ardura. Ella vive en la plaza Les Campes, donde tiene un kiosco y de donde sale el desfile del festejo: "Si se hace con aglomeraciones, yo no abriría el negocio, aunque perdería una venta importante", inicia su argumentación.

Ardura entiende que "este año no debería hacerse la fiesta bajo ningún concepto". Considera que llevaría a que la Pola se llene de gente y "pegarían un repunte importante los contagios". Para ella los plazos son demasiado justos -solo dos meses y medio de margen- como para plantearse hacer la fiesta.

También entiende la postura de Festejos Álvaro Zapico. Él es uno de los incondicionales de las grandes romerías asturianas y lo celebrará, aunque sea en su domicilio. "Es difícil saber qué escenario tendremos en julio. Yo agotaría el plazo para tomar una decisión que garantice la seguridad y la salud", subraya.

En todo caso, Zapico expone que "los vecinos de la Pola sabemos cuándo es el Carmín y, si es necesario, lo celebraremos en nuestras casas, como ya se hizo con los Güevos Pintos".

Finalmente, Mario Vigil indica: "me parece lógico que no se celebre este año". Sobre todo teniendo en cuenta que si se hiciese con las medidas de seguridad que está planteando el Gobierno para las fases de la desescalada del confinamiento, "te queda muy descafeinado, va a haber menos gente y la organización no podría cubrir gastos".

La otra opción, celebrarlo de normal, tampoco le parece viable. "No sería lógico juntar a 50.000 personas un lunes en un prao. Sería un gran foco de contagio. Y eso asumiendo que la desescalada no se alargue", concluye, apuntando que aunque "sea un verano raro, habrá que aguantarse con ello".

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