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Familia de cuento en Noreña

El actor Nacho Fernández y su hija Alba amenizan el encierro leyendo libros infantiles a través de las redes sociales

Nacho y Alba Fernández, en su casa de Noreña. A. I.

Para la noreñense Alba Fernández, de ocho años, su padre Nacho es un referente. Poco a poco sigue sus pasos en el mundo de las tablas. De hecho, debutó con solo cinco años con el Grupo de Teatro de Carbayín, en el que participa su progenitor. Ahora, sin poder juntarse en el escenario, han encontrado una nueva forma de disfrutar de su pasión: contar cuentos y escenificarlos con voces.

"Todo esto comenzó con el aburrimiento por el confinamiento. Teníamos que buscar algo para hacer", recuerda el actor aficionado. El empujón se lo acabaron de dar Noelia Pereira, bibliotecaria de Morcín, y la vicealcaldesa de Noreña, Ana Colunga. Así empezaron a grabarse en vídeo, leyendo con voces impostadas cuantos infantiles, "todos con un mensaje". Esto les mantiene entretenidos durante más de una hora, "entre que elegimos libro, preparamos una escenografía adecuada y lo leemos".

El resultado es un rato entrañable juntos, en el que ambos disfrutan, y que también está haciendo disfrutar a mucha gente. "Los subimos a redes sociales y también los comparte la Biblioteca de Morcín, el Ayuntamiento de Noreña y algunas empresas, como Cometa Verde. Profesores de algún colegio también nos han comentado que les gustan para sus clases", explica Fernández.

La receta es sencilla. "Escogemos un libro entre los dos. Que tenga un trasfondo, no que simplemente sea divertido. Normalmente tiramos de recomendaciones de colegios y así", comentan.

Entre los títulos que ya han hecho llegar a las casas de todo el mundo durante el confinamiento están "Los derechos del pequeño lector", "La pequeña oruga glotona" o el clásico "Arturo y Clementina": "Este es un libro del año 1976 que refleja el maltrato silencioso del hombre hacia la mujer. En este caso, empleando dos tortugas".

El padre pone la entonación y conduce la narración, y Alba Fernández se encarga de introducciones, diálogos y otros momentos que le dan chispa a la escenificación. Una simbiosis perfecta entre padre e hija, de tal palo tal astilla.

Tanto lo disfrutan que desde el cinco de abril han hecho media docena de vídeos y planean continuar. "Teníamos pensado parar ya, pero es una cosa que está gustando mucho. Buscaremos algún cuento más. La gente los ve y sirve de algo".

Una iniciativa más que demuestra que las dificultades agudizan el ingenio. A los Fernández no les falta y forman una pareja única: "A Alba le encanta leer y actuar, le pica el gusanillo desde pequeña. De hecho, salió a las tablas por primera vez con cinco años en Candás", recuerda orgulloso su progenitor.

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