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Crisis del coronavirus

El mercado de ganado de Pola de Siero reabre con más ventas y en tiempo récord: 45 minutos

Ganaderos y tratantes respetaron las marcas de posición en el suelo y la distancia para los tratos, que se realizaron a través de una mampara

La entrada de los terneros en el recinto. En el círculo, uno de los tratos, con mampara de por medio. A. I.

Después de casi dos meses sin actividad, el Mercado Nacional de Ganado de Pola de Siero volvió a la actividad. Lo hizo de una manera atípica, con medidas de seguridad extremas, en una escena muy distinta a la vivida en la sesión que se celebró antes de que se paralizase su funcionamiento por el estado de alarma. "La gente se lo está tomando en serio", repetían los tratantes, recelosos de su salud y cumpliendo el protocolo marcado por Delegación de Gobierno, incluidas mamparas en las mesas en las que se negociaban los tratos. Había ganas de despachar y la sesión quedó concluida en 45 minutos.

Mientras en el recinto ya esperaban la mayor parte de los terneros que iban a participar en la sesión -1.531, casi 400 más de lo habitual- los profesionales pasaban por el primer filtro de acceso, en el que se les tomaba la temperatura desde su coche.

Alrededor de las siete de la mañana comenzaban a entrar los alrededor de 150 operadores que tomaron parte en la sesión. En el exterior la Policía Nacional ayudaba en la vigilancia de los accesos, controlados por personal del mercado. El Seprona se centraba en los camiones, y dentro una pareja de agentes de la Policía Local aseguraba que se mantuvieran las distancias.

La entrada solo estaba permitida a profesionales del sector, que debían portar mascarilla, guantes y pasaban por una alfombra impregnada en virucida. Ya entre el ganado, había marcas en el suelo señalando las posiciones donde colocarse, geles desinfectantes y carteles de advertencia.

Pronto llegó también la presencia política. "La actividad ganadera es una de las esenciales para mantener la cadena alimentaria. Quiero agradecer al Ayuntamiento y al director del mercado las medidas que pusieron para que esto funcionase bien. Lo primero es la salud", subrayaba el director general de Ganadería, Nino Rodríguez. A su vez, la edil Ana Rosa Nosti celebraba "poder abrir el mercado después de estas semanas de confinamiento", incidiendo también en que se cumplían todas las medidas de seguridad marcadas.

A las ocho ya estaba todo listo para comenzar con la tan esperada sesión, que debía servir para facilitar la salida de animales de las cuadras asturianas y para estabilizar precios. Se notaron las ganas y la necesidad de comprar y vender, ya que solo se tardó tres cuartos de hora en acabar todo el género. Las transacciones se cerraban en las habituales mesas del interior pero, esta vez, con una mampara en medio para reducir riesgo de contagio. Allí se escenificaban tiras y afloja, alguno ojeaba relajado LA NUEVA ESPAÑA y otros se centraban en dar rápida salida a los animales.

Cuando el reloj aún no marcaba las nueve, todo el ganado había sido vendido, de manera muy repartida. "El balance general es bueno. La gente ha cumplido con las medidas de seguridad y la Consejería así me lo ha transmitido, en esta ocasión", explicaba el director del mercado, José Luis Díaz.

Este apuntó que algunos animales experimentaron subidas de precios y otras bajadas. En todo caso, dadas las circunstancias complicadas, se mostraba satisfecho. Las cifras que arroja la sesión indican que los precios más altos se han pagado por terneros de raza azul belga, que han alcanzado los 300 euros. Por contra, las más baratas han sido las terneras de raza frisona.

Los tratantes también estaban moderadamente satisfechos con lo acontecido y hacían un balance positivo. Entre los asistentes, de diversas comunidades autónomas del norte de España, se encontraba el naveto Javier Moro. Este señalaba que "la gente ya se empieza a dar cuenta de que esto es algo serio y han respetado perfectamente".

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