Regresan los mercados a Siero. El de la Pola será el primero en recibir clientes pasado mañana, martes, al que seguirán las citas del Berrón y Lugones el próximo jueves y viernes, respectivamente. Así lo anunció ayer la concejala de Mercados, Ana Nosti, quien detalló las condiciones y normativa sanitaria precisas para su reapertura. Entre ellas, mantener distancias entre los puestos y con la clientela, la obligatoriedad de utilizar mascarillas y guantes y que los clientes no puedan tocar los productos. El anuncio ha sido celebrado por los vendedores habituales, que esperaban como agua de mayo, y nunca mejor dicho, la reactivación de los mercados.
"Es un alivio después de estos meses, que han sido bastante malos y en los que hubo que tirar de los ahorros y de la familia", señala Ramón Javier de Pablo, vendedor de excedente de la huerta de Carbayín. En su caso, tuvo que tirar la mayor parte de la producción que tenía en las huertas y capeó las semanas de parón con algunas ventas a domicilio desde el pasado día 11: "Lo que pude sacar para poder comer", apostilla.
Es vital para los productores volver a los puntos de venta habituales. El martes se podrán ubicar en la Pola hasta 28 puestos, dando preferencia a la venta de alimentos y productos de primera necesidad, que serán ubicados en los aledaños de la plaza Cubierta. Cada puesto podrá medir un máximo de un metro y medio y habrá hasta 2,5 metros entre cada uno. Una organización del mercado que ejecutará mañana el municipio con la instalación de vallas y pegatinas en el suelo para delimitar el espacio.
También tendrán que mantener una distancia de dos metros con los clientes, que no podrán tocar los productos. "El jueves en El Berrón son solo tres puestos de venta de excedente, ahí no van a tener ningún problema porque van a poder guardar las distancias de seguridad sin ningún problema", estima la edil Ana Rosa Nosti.
La vuelta, pese a las condiciones preceptivas, es una alegría para los productores. "Estoy contento porque esto no nos hace ricos pero nos da de comer, aunque me dieron un sitio distinto al habitual y me preocupa porque la gente te suele ir a buscar al sitio; la verdad es que no nos informaron muy bien de cómo se iba a hacer", lamenta José Manuel Fuentes, de El Carbayu, vendedor en la Pola y Lugones. Eso sí, espera que los clientes de toda la vida acudan a la cita mercadera. Son ellos quienes le han dado sustento en las últimas semanas y, por suerte, Fuentes no tuvo que tirar producción a la basura, como sí les ha pasado a otros productores.
Ese es el caso de Marta Bobes, de Bobes, que perdió producción de lechugas y acelgas. Además, tuvo que arrancar lo sembrado para volver a plantar "porque si no se pasa de temporada", detalla. Consiguió hacer ventas durante las fases más estrictas del confinamiento con ventas a domicilio y los grupos de consumo con los que habitualmente colabora. También bajando mucho los precios e incluso regalando productos en las compras solo por no verlo tirado en la basura.
Bobes tiene ganas de volver a su puesto en el mercado de Lugones "para comer y sacar el producto", pero crítica falta de información desde el Ayuntamiento y el retraso en la reapertura del mercado: "Todos los que vendemos estamos desinformados y deberían haberse reunido con nosotros. Además, podíamos haber empezado la semana pasada porque tenemos alimentación, que es un servicio de primera necesidad ¿No tuvieron tiempo?, porque llevamos dos meses en casa...", cuestiona Bobes.
También volverá a la cita mercadera Bruno Noval con sus plantas y flores. En su caso, las semanas de confinamiento estricto le pillaron con tres de las principales fechas de venta, Ramos y los días del padre y de la madre. Unas pérdidas económicas que equivalen "a un coche de alta gama. Yo tengo la suerte de que no estoy en precario y tengo un colchonín para volver a arrancar, pero hay gente pasándolo mal", apunta. Prevé volver a la actividad pasado mañana y para sacar los productos adelante saldará los precios. Los productores y vendedores de los mercados de Siero están deseando volver. Ya queda menos para poder llevar sus productos de la huerta a las casas de los sierenses.
