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La Pola se vuelca con los hosteleros llenando las terrazas: "Era fundamental"

La plaza de Les Campes tuvo ambiente todo el domingo con un alto grado de cumplimiento de las normas: "No es difícil, hay que acostumbrarse"

Arriba, viandantes aprovechando el día de sol por la Pola. En los círculos, Juan Noval y Andrés Herrero disfrutando del vermú y la hostelera Omayra Cosío con el equipo desinfectante que han dispuesto para los clientes. SARA ARIAS

Los polesos demostraron ayer su apoyo al sector hostelero, entre las ganas de salir tras semanas de confinamiento en casa y la generación de una conciencia de consumo local. La combinación ha conseguido que los hosteleros respiren con alivio tras semanas de cierre que, en algunos casos, les ha puesto contra las cuerdas. Ayer, con una espectacular jornada de sol, la plaza de Les Campes fue un hervidero de gente. Eso sí, con un alto grado de cumplimiento de las medidas de distancia social e higiene que facilitan el trabajo a los hosteleros, que mantienen una constante labor didáctica sobre la normativa. Y la llegada de clientes es la mejor señal para el sector.

"La gente está respondiendo muy bien y les da igual que llueva o no, creo que la gente se está concienciado de tener cuidado al salir y, por lo que veo, se están portando muy bien y teniendo cuidado", comenta Loreto García, propietaria de un restaurante sidrería. Y no le falta razón: los clientes cumplieron bien con las distancias, evitaron las aglomeraciones y se desinfectaron las manos con los geles de los que disponen los negocios. Sin olvidar las esperas para desinfectar mesas y sillas. "Perdón, lo tenemos que hacer", era una de las frases más repetidas entre los camareros.

El buen comportamiento de la clientela da a García esperanzas de retomar el pulso del negocio. Poco a poco, pero cree que podrán ver la luz al final del túnel. Y eso que han tenido que reducir el número de mesas en terraza, aunque han podido ampliar el espacio para compensar números gracias a un permiso especial que ha otorgado el Ayuntamiento a los hosteleros. "Suerte que estamos en la plaza y hemos podido ampliar y tener más sitio, cuando se habilite el interior cambiarán las cosas", dice Omayra Cosío, de otro negocio de la plaza de Les Campes, quien define a los hosteleros con sorna como "profesores o guardas de tráfico".

Alguna explicación que otra han tenido que dar a algunos clientes para evitar incumplimientos. Pero destaca que advierte una evolución muy positiva en la concienciación de la gente sobre la necesidad de tomar medidas de higiene y seguridad. Y eso es el mejor indicador para la hostelería de poder seguir adelante con los negocios. "La gente está respondiendo y se genera movimiento", opina.

Un sentir que también se nota entre la clientela. "Había muchas ganas de salir, pero lo hacemos con precaución porque nunca sabes?", dice Carmen Santiago, que disfrutó de un vermú con su marido e hijo. Además, se fijaron en que por la zona hay mucho control policial "y eso es bueno", añade su hijo Marcos Cea. Juan Noval y Andrés Herrero disfrutaron de un vermú que se alargó. "Solo hay que acostumbrarse y, la verdad, no es difícil de cumplir", dicen.

Los polesos disfrutaron ayer de una espléndida jornada primaveral. "Salir y alternar ye una cosa necesaria", afirma Roberto García mientras disfruta de una sidra. Y es que las terrazas están siendo el lugar de encuentro con amigos y familiares. María Menéndez y Fani Olay quedaron ayer para tomar el vermú muy ilusionadas: "En esta zona se está muy bien, la gente anda tranquila y son muchos grupos con niños", comentan.

"La gente tiene ganas y respeta la normativa", afirma el hostelero Adrián Álvarez, quien detalla que en los primeros días tuvieron dudas sobre cómo desplegar la terraza cumpliendo con la legalidad. Tras la incertidumbre inicial, comenzaron a trabajar para sacar adelante el negocio, aunque estima que venden entre un 30 y 40 por ciento menos. "Por ejemplo, los picos de gente en viernes y sábados ya no los hay".

"Era fundamental abrir de nuevo", dice el hostelero Pelayo Álvarez, quien reconoce que es "un poco agobiante" el uso de mascarillas para trabajar. Ana Valles tenía su terraza llena para el vermú y para las comidas: "Hay mucha disciplina. La gente está con ganas de disfrutar y colaborando muchísimo".

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