"Es una sensación diferente a llevarlo a casa muerto, es nueva, diferente y bonita porque nunca me habían felicitado tanto como esta vez, y eso me enorgullece". Pedro Díaz Martínez pescó a mosca uno de los nueve salmones que ha recibido, en lo que va de temporada, el proyecto "Arca", de la sociedad de pescadores "Las Mestas del Narcea". Un ejemplar de 6,1 kilos de peso que sacó en el pozo La Cerezalina del río Narcea y que es el primero que ha cedido en su vida. El destino del ejemplar será servir de reproductor en el centro ictiogénico que tiene el colectivo en Quintana (Pravia) para la repoblación con alevines de los cauces asturianos.

"Viendo el estado en el que están los ríos españoles porque no hay salmones se necesita devolver los peces al río; por mucho que digan que mueren, es un porcentaje pequeño", afirma en referencia a las crías que llegan al entorno natural procedentes de la cría en ciclo cerrado con los reproductores salvajes.

Y lo dice alguien que se reconoce "depredador" y que hasta ahora siempre se había llevado las capturas a casa porque, a pesar de que no está a favor de la cría artificial "porque luego los alevines no están adaptados al medio, no lo conocen y tienen depredadores" considera que entregar un salmón es "un mal menor" comparado con matarlo dados los pocos ejemplares que habitan los ríos.

Precisamente de ahí nace el proyecto "Arca" de "Las Mestas", de la urgencia de facilitar el aumento de la especie con los propios salmones del río. "Hemos recibido 9 salmones, todos espectaculares, y lo mejor es que dos pescadores han donado por primera vez", celebra el presidente, Enrique Berrocal, quien apunta que los pescadores que gestionan "Arca" están más ilusionados que nunca y con más formación sobre el manejo de los salmones.

Díaz, vecino de Mieres, cree que la cesión ha sido una buena decisión. Viaja anualmente a Islandia y Noruega para pescar salmones y comprueba las diferencias en cuanto al número de salmones en los ríos. De ahí que quiera contribuir con "Arca" para apoyar los cauces asturianos porque "nuestros salmones lo tienen más difícil, sufren más y tienen más peligro de depredadores porque a la zona que van a criarse, en Groenlandia, hay más trayecto que desde Islandia o Noruega, de aquí sale un pez de 22 centímetros que cruza miles de kilómetros".

Cada vez más pescadores ceden sus capturas al "Arca" con la ilusión de un río Narcea lleno, como antaño, de salmones.