Más de la mitad de las viviendas de Villaviciosa son segundas residencias, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, que concretan que 6.222 inmuebles son viviendas principales, mientras que hay 7.847 secundarias o vacías. Este hecho muestra que el concejo maliayés es un lugar atractivo para vacacionar. Sin embargo, a día de hoy, pocos puedan recalar en el municipio, debido a que la movilidad entre provincias está prohibida, salvo en casos excepcionales o por motivos laborales. Y esta situación no parece que vaya a cambiar pronto. De hecho, ni en la fase 2 ni en la fase 3 de la desescalada se contempla la apertura de fronteras entre provincias. Así las cosas, el turismo nacional no llegaría a Villaviciosa hasta bien entrado el mes de junio, en el mejor de los escenarios.

La ingente cantidad de segundas residencias es un factor positivo, si no fuera por la situación de la crisis sanitaria del covid-19. Ahora, las cosas han cambiado. De hecho, los ingresos que se esperaban por parte de los turistas y segundos residentes no han llegado, lo que hace que las previsiones sean poco halagüeñas. Agustín Rodríguez Acebedo, de la sidrería La Ballera, explica que "la gente que tiene segundas residencias en Villaviciosa dan un impulso económico muy fuerte. Solo con la gente de aquí este pueblo no vive. De hecho, de los de alrededor de 5.000 habitantes que somos en Villaviciosa, pasamos en verano a ser el triple". Ese aluvión de nuevos residentes tardará en llegar, para perjuicio del sector servicios del concejo. En el caso de este hostelero, sigue con el local cerrado al público: "no nos compensa trabajar ahora mismo, por las restricciones y porque tampoco tenemos terraza", explica.

El Alcalde, Alejandro Vega, entiende que los negocios quieran una apertura de fronteras pronto para que llegue esa gente de segundas residencias. "Es lógico que sea así porque supone ingresos para el sector servicios", comenta. Precisamente al inicio del confinamiento, desde el Ayuntamiento pidieron a esos segundos residentes que se quedaran en sus casas "hasta que pase esto. Os esperamos después en Villaviciosa de Asturias". Y es que en la situación actual cualquier incumplimiento de las normas puede desencadenar un brote de contagios.

Precisamente en esta línea opina la asociación de comerciantes y servicios de Villaviciosa (Acosevi). Su presidenta, Cristina Simón Roda, explica el sentir de los comerciantes de Villaviciosa. "La mayoría de los comerciantes asumen que va a ser un año difícil, pero seguimos pensando que hay que ser prudentes para no tener que volver atrás. Confiamos en que cuando se alcancen las condiciones sanitarias para que se reanude la movilidad, los propietarios de esas segundas residencias querrán disfrutarlas igual aunque sea de cara al otoño, y que tanto ellos como nuestros clientes habituales elegirán al pequeño comercio por su garantía de seguridad".

El sector inmobiliario quizá sea el más optimista, ya que estas semanas recibió un aluvión de consultas telefónicas para alquilar o comprar casas en la zona rural de Villaviciosa, así como pisos grandes dotados de balcones o terrazas para escapar de las grandes urbes. El confinamiento hizo que concejos como Villaviciosa sean ahora destinos deseados para vivir por su buena comunicación con las principales ciudades de Asturias y su ubicación en el centro de la región. Quizá las cifras cambien en los próximos años y muchas de las más de 7.000 segundas residencias se conviertan en viviendas habituales.