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Protesta juvenil en la Pola para que no trasladen al cura: "Nos vincula a la Iglesia"

Una veintena de jóvenes de la parroquia se concentra para pedir al Arzobispado que mantenga a Juan Manuel Hevia, que lleva tres años

Integrantes de los grupos juveniles de la parroquia de Pola de Siero, ayer, delante de la iglesia de San Pedro. A. I.

"Si no fuera por él, muchos habríamos dejado la confirmación y otros no hubiéramos seguido vinculados a la parroquia". Con este mensaje claro de cariño y reconocimiento, una veintena de jóvenes se concentró ayer frente a la iglesia de San Pedro Pola de Siero para pedir que el párroco Juan Manuel Hevia continúe en la localidad. "Ha hecho mucho. Está consiguiendo que los jóvenes mantengamos una vinculación con la Iglesia", apuntan los que forman parte del grupo que Hevia orienta y dirige.

Para ellos está claro que la marcha del sacerdote llega "por orden del Arzobispado". Así que instan a que se reconsidere la posibilidad de que permanezca en la Pola. "Si se va ahora dejaremos a medias el trabajo del grupo que está en marcha", subrayan.

La relación de estos jóvenes con el párroco viene de largo, desde su llegada a la localidad hace algo más de tres años. "Ha dejado huella en nosotros", apuntan antes de iniciar su relato.

En representación de sus compañeros hablan Verónica Díaz, María González, Marta Antuña, Ángela Pandiella y Pedro del Canto. De distintas edades, cada uno expone la gran experiencia que han tenido con Hevia.

"Desde hace diez años no había grupo de jóvenes en esta iglesia. El fue quien nos unió", cuenta González. Antes, explican, los que completaban la confirmación no seguían directamente vinculados con la comunidad parroquial. Ahora sí.

La implicación del párroco lo cambió, consiguiendo aglutinar a entre 20 y 30 jóvenes en un grupo en el que plantean la aplicación de los valores cristianos en situaciones de la vida cotidiana. "Estamos haciendo un proyecto, a partir de la Acción Católica General, que se va a quedar a medias", lamenta Antuña.

Dentro de ese proyecto, realizan acciones solidarias, como una colaboración con el grupo de Cáritas de Pola de Siero: "Es algo que nunca se nos hubiera ocurrido y que, gracias a que él nos invitó a ello, durante el confinamiento, pudimos llevar a cabo", relatan.

Si para los más veteranos dentro del grupo la llegada de Hevia fue clave, aun más para los de menor edad. "La mayoría habíamos decidido dejar la confirmación. Le explicamos que no nos gustaba cómo se impartía y él mismo se ofreció a darla. Nos hizo cambiar de idea", rememora del Canto.

Como anécdota recuerda que cuando fueron a la Jornada Mundial de la Juventud de 2016, en Polonia, empezaron a apreciar el especial vínculo con él: "Estuvimos diez días fuera y no le conocíamos. Con el paso de las jornadas, descubrimos que teníamos mejor 'feeling' con él que con nadie anteriormente".

Esa labor de orientación individual y grupal, así como su tenacidad y pasión a la hora de acercar la parroquia a la juventud, hace que todos quieran mostrarle su gratitud: "Le estamos muy agradecidos por todo y queremos que sea consciente de ello. Si se va, es muy probable que se disuelva el grupo que formamos".

Pero su labor al frente de la parroquia de la capital de Siero no se limita simplemente a los jóvenes: "Ha hecho mucho por todo el mundo. Tanto por la gente más veterana, como por los niños del catecismo", concluyen.

El cura anunció su marcha el pasado sábado de manera sorpresiva. Lo hizo en la misa de tarde cogiendo desprevenidos a los feligreses. El párroco no quiso dar más detalles sobre su partida, después de algo más de tres años en la Pola. Sin embargo, los jóvenes entienden que: "Es una decisión que viene de arriba". Hevia es natural de Villaviciosa, y llegó a la Pola procedente del Buen Pastor del barrio gijonés de Ceares, sustituyendo a Sergio Martínez.

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