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Los polesos ven "lógico" que no haya Carmín y piden mantener el espíritu festivo

Hosteleros y vecinos creen que la romería de La Sobatiella era un grave riesgo y animan a buscar fórmulas alternativas de celebración

Los polesos ven "lógico" que no haya Carmín y piden mantener el espíritu festivo

La cancelación de la romería del Carmín de la Pola estaba ayer en boca de todos. Los residentes de la capital sierense, en general, entienden que "es una decisión correcta", dado el contexto actual con la pandemia del covid-19. El argumento más repetido es que sería un "grave riesgo" juntar a decenas de miles de personas en el prao de La Sobatiella en el mes de julio. Con todo, la mayoría de los consultados consideran que los polesos buscarán formas diferentes de celebrarlo, en un verano que será atípico por la ausencia de romerías.

La noticia saltó el lunes. El presidente de Festejos, Jenaro Soto anunciaba que celebrar la tradicional romería era "inviable por motivos de la pandemia y económicos". Las limitaciones de aforo que impone la "nueva normalidad" implicaban unos importantes gastos para controlar el recinto, en el que el número de asistentes tendría que ser muy reducido.

A pesar de todo, las fiestas no desaparecerán completamente. Soto pretende hacer el reparto del bollo y el vino para los socios del colectivo, celebrar la misa e intentará mantener el desfile y algunos juegos infantiles.

En esta ocasión, las opiniones de vecinos y hosteleros son prácticamente unánimes. Borja Alcázar, propietario del restaurante Abrelatas, indica: "Creo que es una decisión correcta. Es duro renunciar a una de las fechas más importantes para la facturación de la hostelería, pero la situación del momento obliga a mantener todas las precauciones hasta que la salud esté asegurada. Las renuncias de hoy aseguran una más pronta recuperación a largo plazo y una salida coherente al panorama".

El hostelero apela a "la responsabilidad individual" de cara a las celebraciones de ese día. Pero entiende que, manteniendo las medidas de seguridad, "podemos celebrar un Carmín diferente, tanto en casa como saliendo a comer, a tomar unas cañas en una terraza o a volver a cantar desde la ventana".

Finalmente, Alcázar lanza un mensaje de optimismo sobre lo que pueda suceder el día del Carmín: "Si hay algo que el covid-19 no nos puede quitar es el espíritu festivo de la Pola".

En la misma línea se pronuncia Alberto Díaz, propietario de La Antojana. "Suspender me parece lo lógico. Tanto por respeto como por salud. Hay que evitar aglomeraciones y al Carmín solía venir mucha gente. Sería muy difícil de controlar en el formato en el que se celebraba", resume Díaz.

El hostelero anima a buscar fórmulas alternativas a la tradicional romería y considera que "los polesos tienen ganas de que haya fiesta de otra manera". Sin embargo, entiende que Festejos no está mostrando interés por que esto suceda: "Habría que buscar algún formato donde la gente pueda disfrutar de alguna actividad con todas las medidas de seguridad, pero no se ve a la Sociedad de Festejos por la labor de hacer nada que no le reporte beneficio económico", concluye.

Los vecinos coinciden con los postulados de los hosteleros y también se muestran comprensivos con que no haya Carmín en 2020. "Objetivamente está bien por el tema de la salud. Lo que se habló de hacerlo solo para los socios lo veo elitista y descafeinado. No sería tampoco rentable", reflexiona Mario Vigil.

Visto que la fiesta "tampoco se podría hacer para 60.000 personas como todos los años, porque sería un foco de contagio", este joven vecino de la Pola da por buena la cancelación. "Ya haremos un carmín de dos semanas el año que viene", agrega.

Él aún no ha empezado a planear nada para la celebración de este año, pero ve posible juntarse con los amigos para festejar. "Será un poco sobre la marcha, llegando el día, que venga buen tiempo e ir a un área recreativa, comer algo y tomar unas sidras", subraya Vigil, que reconoce que "no me fastidiaría especialmente no celebrarlo este año".

Por su parte, Rubén Cueto, también residente en Pola de Siero, apunta: "Otros años no había podido estar por motivos laborales. Este año cogí vacaciones en enero con vistas a julio y agosto para hacer las fiestas grandes y se han suspendido todas", lamenta.

Aun así, comprende que el motivo "es más que justificado". Incluso entiende que "se tardó mucho en tomar la decisión de cortarlas. Eso que plantearon de dejar solo a los socios me parecía una locura".

El día del Carmín será su primer día de vacaciones. Por ello planea hacer algún tipo de evento sencillo. "Si pueden los colegas comeremos en mi casa o iremos a algún sitio. Algo sencillo, es una pena. El año que viene, si todo va bien, ya lo celebraremos como Dios manda", abunda Cueto.

La cancelación de la romería polesa se suma a la de la gran mayoría de festejos en el concejo. No habrá Santa Isabel ni Carbayu en Lugones, tampoco carrozas en Valdesoto ni fiestas en El Berrón, La Fresneda, Lieres o Meres, entre otras muchas localidades.

Un golpe para los romeros, que parecen mostrarse comprensivos con la situación y valoran alternativas para dar un sentido especial a esos días señalados. En la Pola ya ocurrió con los Güevos Pintos, en pleno confinamiento.

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