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Los usuarios de La Cebera, en Lugones, piden reponer las parrillas y más limpieza

Siero ejecutó mejoras en el parque tras el temporal del pasado mes de noviembre pero las vallas que prohíben el paso están en el suelo

Adrián Acevedo, la niña Daniela Menéndez, Rubén Menéndez y Natalia Rodríguez preparan el tercer cumpleaños de la pequeña en La Cebera (Lugones). S. ARIAS

No está como siempre pero se disfruta. Los usuarios del parque La Cebera de Lugones (Siero) han vuelto a gozar del paraje verde para hacer deporte, caminar o disfrutar de una comida al aire libre tras el confinamiento por la crisis sanitaria del covid-19 y después de varios meses con el espacio cerrado debido a los deterioros sufridos en el temporal de noviembre de 2019, que provocó argayos y la caída de árboles que obligaron a su cierre para evitar percances. El Ayuntamiento ejecutó labores de mantenimiento para retirar troncos y retener los desprendimientos, aunque algunas zonas siguen cerradas al público por peligro. Además, los usuarios exigen que se pongan las parrillas que están anunciadas en la información sobre el recinto. Por contra, el parque está lleno de carteles con la leyenda "prohibido hacer fuego".

"Llegamos aquí y nada, una se tuvo que ir de vuelta a Oviedo a hacer la carne porque quitaron las parrillas", denuncia Paula López, en plena organización de un cumpleaños. Les dio mucha rabia. Llegaron a La Cebera con todo lo necesario para disfrutar de la jornada como en años anteriores y tuvieron que dar media vuelta para cocinar. "Lo miramos en la página web y también en el cartel de la entrada pero las quitaron todas", añade.

Lo mismo les pasó a Rubén Menéndez y Natalia Rodríguez, a punto de celebrar el tercer cumpleaños de su hija Daniela. "Hay que venir con la carne hecha", bromeó él. Con todo, celebraron el aniversario por todo lo alto. Son asiduos en La Cebera, al que acuden por el entorno verde, alejado de la urbanidad pero a dos minutos de Lugones y han advertido un incremento de usuarios en las últimas semanas. "Últimamente se ve que está muy transitado", añade.

Y es que los meses de cierre por el mal estado del parque a los que se sumó el confinamiento han hecho de La Cebera un espacio muy demandado para disfrutar de la naturaleza al lado de casa. Y eso que no se puede disfrutar al completo. Tras las labores de mejora del espacio que inició el Consistorio sierense, algunas zonas han quedado vedadas por el riesgo que supone para los transeúntes. El Consistorio ha instalado vallas y cinta con carteles informativos que prohíben el paso. Sin embargo, en muchos casos, están tirados en el suelo. De hecho, la hierba ha crecido y hay vallas tiradas que ni se ven.

"Se nota que el Ayuntamiento puso las barandillas para que no pasemos pero la gente hace lo que le da la gana, como siempre, las tiran abajo y siguen su camino", denuncia Alberto García, quien disfrutó de un paseo en bicicleta con unos amigos "por la zona permitida", apostilló. Todavía hay sitios donde se ven desperfectos "como un tronco en el suelo o pequeños argayos pero, por lo general, está muy bien", añade su compañero de rueda, Pelayo Suárez. También Lourdes Sánchez disfrutó de La Cebera, en su caso al trote. Ella es una habitual del gran parque de Lugones donde, estima, es necesaria una intervención más a fondo para dejarlo en perfectas condiciones. "Si arreglan lo que queda, que es quitar unos troncos y arreglar algún desprendimiento, esto es una maravilla. Echo en falta algunos de los caminos cerrados", añade.

En ese sentido, Alberto Azcárate señala que, además de los desperfectos provocados por el temporal, hay mucha basura. "Están las papeleras hasta arriba, no se recogen, y se llena todo de mierda", denuncia. Y cree que las labores de mejora del espacio verde "quedaron a medias, como aquí en Siero". Junto a Tania Curveira disfrutó de un almuerzo en La Cebera.

Pese a la falta de las parrillas, la necesidad de más limpieza en el recinto y la falta de terminar las mejoras necesarias para paliar los deterioros del temporal La Cebera es un lugar de éxito para los vecinos de la zona. Eso lo saben bien los hermanos Gabriel y Marco Antón Luengos, quienes disfrutan del recinto con sus patinetes y con la preceptiva visita al estanque. "Se agradece estar en un sitio verde como éste al lado de casa", valoró su madre, Pili Luengos. En La Cebera, con cuidado, sólo es necesario disfrutar.

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