El conflicto entre la Policía Local y el gobierno de Siero no ha acabado. El sindicato SIPLA va a presentar un recurso contra la amortización de ocho plazas de policía (incluidos mandos), aprobada por el pleno municipal de Siero. La guerra entre el colectivo y el gobierno empezó -en parte- por la solicitud de más agentes para el cuerpo. Sin embargo, en la tesitura de la crisis generada por el covid-19, el gobierno local decidió eliminar casi una decena de puestos que aparecían en la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) y que permanecían vacantes.

Por tanto, la pretensión del sindicato de contar con más efectivos en el cuerpo municipal no será posible. En respuesta, el sindicato se concentró ante el consistorio el pasado jueves, coincidiendo con el pleno municipal.

Las diferencias dentro del cuerpo comenzaron hace una década. Por entonces, el conflicto se limitaba a las diferentes impresiones entre el SIPLA, sindicato mayoritario y una serie de agentes que compusieron la sección sindical del CSIF.

La cosa se fue recrudeciendo, con denuncias del CSIF por diversas situaciones. El jefe de policía, José Enrique Fernández, ligado con la operación Enredadera (de amaño de la contratación pública), era más cercano a los agentes del SIPLA -la mayoría de la plantilla-.

Sintiéndose agraviados, las quejas del CSIF llegaron a los juzgados, pero no acabaron de prosperar. Sin embargo, la cosa cambió en octubre del año pasado.

Fue entonces cuando el SIPLA se manifestó frente al Ayuntamiento, coincidiendo con el pleno municipal. Al regidor no le gustó que le profirieran algunos comentarios como "vuelve a hacer yogures" (García trabajó en la Central Lechera), sumados a insultos personales.

Pocos días después cesó Fernández -al que había defendido en el "caso Enredadera"-, afirmando que había permitido absentismo laboral y vacaciones y horas extra de más. Después de esto, las diferencias entre el sindicato mayoritario y el Alcalde fueron in crescendo. Especialmente cuando los agentes advirtieron de que las carrozas del desfile de Reyes no cumplían la legalidad, por lo que podrían detenerlas.

Entonces decidió nombrar a un nuevo jefe en funciones, del CSIF -sindicato rival-, para que pusiera orden en el cuerpo. Finalmente, el Alcalde nombró a un jefe a largo plazo -cuyo nombramiento sigue recurrido por el SIPLA-, que volvió a recuperar el equilibrio dentro del cuerpo, dejando contentos a casi todos los agentes. Ahora llega este nuevo recurso, pendiente de resolución.