La campaña de arranque del ocle que comenzó el pasado miércoles va floja en Candás (Carreño). Y todo porque las algas (gelidium) de mejor calidad todavía no se encuentran fácilmente, hace falta más sol. Así lo destaca Ángel Gutiérrez, patrón mayor de la cofradía de pescadores "Nuestra Señora del Rosario", que tiene a dos de las 28 embarcaciones autorizadas en Asturias inmersas en la campaña hasta el próximo 30 de septiembre. Un ocle que, este año, tiene una clave importancia en la investigación médica en la lucha contra el covid-19: "Se está utilizando más que nunca para la investigación por todo lo que está pasando con el coronavirus", detalla.

Las embarcaciones asturianas podrán coger un total de 4,6 toneladas de ocle hasta el final de la campaña, que es el cupo máximo autorizado para la región. Pero en los primeros días de faena, con los buzos trabajando en el lecho marino arrancando las algas, no han sido como esperaban y claman por más jornadas de sol, que favorece que el ocle sea mejor. "El ocle de calidad anda un poco corto y eso que este año no hay mucha babosa, que es una impureza que tiene el alga", señala Gutiérrez.

Además, el inicio de la campaña -también con polémica a cuenta de las críticas ecologistas por el daño del arranque y de los pescadores de arribazón en Llanes, que se quejan de que el arranque les hace daño- arrastra la bajada del precio y los profesionales del sector recibirán 54 céntimos de euro por kilo frente a los 75 céntimos de euro por kilo de años anteriores. "Los precios están a la baja pero no sabemos por qué, no sé si es por la investigación médica para el covid-19 o porque lo bajaron, pero antes solía estar cerca de los 70 céntimos de euro el kilo", señala el patrón mayor.

Un descenso de cotización que disgusta a los profesionales. La campaña del alga les aporta en tres meses alrededor del 40% de sus ingresos de todo el año, según explican fuentes del sector. El resto del año van a faenar salmonetes o xardas, entre otros, o al marisqueo con nasas o artes de enmalle en pequeñas embarcaciones de no más de 12 metros de eslora. "El trabajo se hace por arranque, como cortar el césped, y se baja con buceadores, el trabajo es duro y pagan poco", reclama Gutiérrez.

Una de las claves del descenso del precio del ocle en los últimos años viene dado, según apuntan los profesionales, por la concentración de la demanda, con sólo tres fábricas a las que vender las algas en Lugones (Siero), Llanes y Burgos (Castilla y León) y con flota para aprovisionarlas no sólo en Asturias, sino también en comunidades autónomas vecinas. Y se vende mediante contratos con las fábricas que buscan garantizar el aprovisionamiento a largo plazo.

Eso también lleva a que concedan créditos sin intereses a los armadores que precisan invertir en sus barcos, a cambio de un contrato en exclusividad para la compra del producto, lo que posteriormente reduce el margen para negociar de los pescadores. Aún así, este año lograron que la rebaja en el precio no fuera la que inicialmente les habían planteado, que superaba el 13%, y se quedó en una reducción del 10%.

La campaña del ocle comienza en Candás con la expectativa de que el sol luzca fuerte para conseguir unas algas de gran calidad, sin impurezas.