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El picadillo sube los ánimos en Noreña

La fiesta, suspendida en abril, se reconvierte en jornada gastronómica junto con el sabadiego: "Entra bien aunque sea en julio"

Lourdes Gómez y María Luisa Solar disfrutan de las jornadas con un plato de sabadiego. S. ARIAS

"Nunca lo había probado y me encanta, está entre una morcilla y un chorizo. Muy rico". María Luisa Solar, vecina de Gijón, nunca antes hasta ayer había probado el sabadiego. El embutido por excelencia de Noreña es aún un sabor desconocido para muchos, pero cuando lo prueban lo incluyen entre sus favoritos. Por eso las jornadas gastronómicas del picadillo y el sabadiego, en la que participan veinte negocios hosteleros, son el mejor reclamo para probar productos asturianos tradicionales o degustar el afamado picadillo del concejo. Y la hostelería, contenta con su buena marcha.

La Villa Condal celebra desde el viernes y hasta hoy la cita, que sustituye a la Fiesta del Picadillo, prevista para el pasado abril y suspendida a cuenta del estado de alarma por el covid-19. Hay buenas sensaciones entre los hosteleros, que esperan hoy su gran jornada a la hora del vermú. "Ayer (por el viernes) hubo más que otros anteriores pero no exagerado, así que si no llueve habrá más movimiento", dijo Mario Álvarez, de un negocio con tapas de picadillo.

También con tapa y ración participó Chus Canga, quien destacó lo diferente que es celebrar el homenaje culinario al picadillo y el sabadiego en plena pandemia del covid-19 y en el mes de julio: "Va a ser difícil que se vuelva a ver algo así". Una cita en la que ve muy animado el ambiente, a la clientela con ganas de disfrutar del ocio con amigos y familia y, al mismo tiempo, dar cumplimiento a la presente normativa sanitaria. "Está siendo un fin de semana bastante entretenido, sobre todo si tenemos en cuenta cómo está la situación", señaló.

Con ganas de ver cómo se desarrolla la jornada de hoy estaba el hostelero Marcos Alves. "Esperemos que mañana (por hoy) sea bueno al mediodía, dan buen tiempo así que habrá que rezar", bromeó. En su local las jornadas han funcionado muy bien, sobre todo el viernes por la noche. "La gente está moviéndose, se nota que hay ganas de salir, aunque van con un poco de miedo al principio, cogiendo confianza", añade.

Y eso lo destacaron también los noreñeses y visitantes que disfrutaron de los platos de picadillo y sabadiego elaborados en las cocinas de la Villa Condal. "Es completamente distinto pero no nos lo perdemos, si no son en un mes son en otro, el picadillo entra bien aunque sea en julio", indicó Samuel Fuentes, rodeado de los amigos de siempre y a punto de probar uno de las propuestas de picadillo de Noreña. En este caso, algo tradicional con patatas y huevos fritos. Lo verdaderamente importante es volver a festejar y disfrutar de la vida con los amigos.

"Fue raro nos vernos en la Fiesta del Picadillo", destacó Bea Casero, "pero lo celebramos igual en las ventanas con un plato de picadillo, pero no fue lo mismo porque faltaban los amigos", completó. Un ánimo por juntarse y celebrar los productos de casa que llenó los comedores y terrazas de la Villa Condal. Un empujón al sector hostelero muy necesario para revitalizar los negocios después del cierre por el estado de alarma. Hoy, hay picadillo y sabadiego para rato.

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