El Rellán comienza a arrojar verdad. La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha encontrado tres cadáveres en la fosa del Rellán (Grado), también conocida como "La Chabola", durante la primera prospección del terreno para delimitar la zona de enterramiento, donde hay una veintena de víctimas documentadas por la Universidad de Oviedo. Un hallazgo que fue paralizado por el Juzgado de Grado al tener los cadáveres evidentes signos de violencia y encontrar restos de balística. La sección de criminalística de la Guardia Civil de la Comandancia de Oviedo tomó muestras, que serán analizadas en el Instituto Anatómico Forense. El caso queda a la espera de la decisión judicial.

"Es la primera vez en Asturias que se interviene judicialmente, llevamos peleando desde el año 2000 porque sea la Justicia y el Estado los que protagonicen la búsqueda de los desaparecidos. Nosotros sólo somos una herramienta al servicio de las familias, y en este caso del Ayuntamiento", explicó Marco González, vicepresidente de la ARMH en Asturias. El equipo de voluntarios inició el pasado lunes la prospección de la finca, que fue adquirida por el Consistorio moscón el año pasado para realizar la exhumación de las víctimas, asesinadas entre 1936 y 1937. Tras hallar los primeros tres cuerpos, la Benemérita se presentó en la zona, acordonó el perímetro y llevó a declarar al cuartel a los responsables de los trabajos.

"Se paraliza la prospección porque se han encontrado cadáveres con signos de violencia y material balístico, la judicialización debería ser lo normal, esperemos que se normalice lo que ha ocurrido hoy (por ayer) en Grado", añadió González. Los voluntarios de la ARMH deben esperar ahora la decisión del Juzgado para retomar la prospección del terreno, primer paso para ubicar las fosas e iniciar la exhumación de los cuerpos. Un enterramiento en el que hay más de veinte identidades documentadas y donde, según los testimonios de vecinos de Grado, podría haber muchos más cuerpos. Víctimas vinculadas al bando republicano en la Guerra Civil, entre los que podría haber civiles. La asociación estará pendiente de la decisión judicial y espera que sea "lo más rápido posible porque los familiares llevan muchos años esperando este momento".

De hecho, hasta El Rellán se acercó Ramón Miranda, vecino de la villa moscona, para saber cómo iba la prospección de la fosa, donde su familia cree que fue arrojado su tío materno. "Lo llevaron al chalet de Patallo y después le dieron el paseo de noche, con 15 años, pese a no haber tenido una actividad política significativa", apuntó. Testimonios como el de Miranda hay varios en Grado. La fosa de "La Chabola" es la más grande de los 14 enterramientos comunes que hay en el concejo y una de las mayores de Asturias.

"Tenemos testimonios que hablan de unas 26 personas, pero podrían ser más", avanzó Arantza Margolles, arqueóloga de la ARMH. Unos datos ofrecidos por las familias de las víctimas con los que iniciaron los trabajos de búsqueda de los cuerpos. "Son muy interesantes, siempre se supo que estaba cerca del río y en los años cuarenta hubo unas inundaciones que sacaron los cadáveres afuera y las familias los reconocían por la ropa", detalla. Después, en la década de los cincuenta del siglo XX, se construyó una granja de cerdos y durante las obras "salían restos humanos y hubo trabajadores que se negaron a seguir".

Con esa información y el estado del terreno a nivel visual, los voluntarios iniciaron la prospección mediante la excavación de cuatro zanjas longitudinales de cinco metros cada una hacia la antigua granja y hacia el río, en una zona marcada por una hendidura en el terreno, presumiblemente una antigua trinchera. Y, a unos metros hacia la carretera, hallaron una línea de fuego con presencia de alrededor de veinte casquillos de bala.

Además, por la colocación de los tres cuerpos hallados, creen que fueron arrojados a la fosa. "Por la disposición de los cuerpos hay una conexión y el terreno no ha sido removido después del enterramiento", añadió Gema López, antropóloga de la asociación. A simple vista se podía advertir un fémur y un zapato. También un codo, un trozo de tela de ropa y un cráneo con evidentes signos de muerte violenta. También había otros objetos y proyectiles. "Estamos casi seguros al ciento por ciento que es una de las fosas que se buscaban", resaltó López.

Los agentes de la Guardia Civil sólo llevaron algunas muestras de los cuerpos por lo que "no se pierde el contexto cuando volvamos", explicó López, ya que la presencia de los cadáveres les permitirá construir la historia de los hechos acontecidos en El Rellán. Los voluntarios quieren retomar la investigación "para delimitar lo más posible la extensión del enterramiento y certificar que era una trinchera", abundó Margolles.

Además, la asociación hizo ayer un llamamiento a los vecinos de Grado para localizar a las familias de las víctimas, ya que no han podido contactar con todas. En las redes sociales del colectivo han publicado una lista con nombres, edad, origen, profesión y fecha de su asesinato. Una labor para obtener la mayor información posible que dé luz a la fosa del Rellán.